miércoles, 13 de febrero de 2013

Todos contra los desahucios: será bonito mientras dure

                                                                      Antonio Casado
AL GRANO
EL CONFIDENCIAL.COM
“Si no están locos, rectificarán”, decía el miércoles pasado la aguerrida Ada Colau, brote verde de la conciencia social y banda sonora de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Se refería a los 186 diputados del PP, cuyo portavoz parlamentario, Alfonso Alonso, sostuvo hasta dos horas antes que su grupo votaría en contra de la admisión a trámite de la iniciativa legislativa popular antidesahucios presentada por 1.402.854 ciudadanos. Pero hubo llamada de Moncloa, Alonso se la envainó y los diputados del PP, que no están locos, rectificaron.

Así que ayer, en el Congreso, todos contra los desahucios, pero sin entrar en detalles. Eso vendrá luego. Será bonito mientras dure la unanimidad de las fuerzas políticas en la decisión de tramitar las propuestas del movimiento ciudadano que ha despertado a la sociedad frente al drama de los desahucios. Las propuestas centrales incluyen la dación en pago retroactiva, la paralización de los desahucios en deudores de buena fe y la habilitación de las viviendas vacías en régimen de alquiler social.

Una cosa es tramitarlas y otra conseguir que se incorporen a la legislación ordinaria. Eso dependerá de la voluntad del partido dominante, que “no comparte las medidas que propone esta iniciativa” (Alonso)Una cosa es tramitarlas y otra conseguir que se incorporen a la legislación ordinaria. Eso dependerá de la voluntad del partido dominante, que “no comparte las medidas que propone esta iniciativa” (Alonso). No bastarán los persistentes mensajes a los móviles de los diputados de Rajoy. Ni el apoyo de los partidos de la izquierda, en clara minoría frente al PP.

Un par de horas antes de aprobarse en el Congreso la admisión a trámite de esta iniciativa ciudadana, con el inesperado voto favorable del PP, supimos que una pareja de jubilados había decidido suicidarse en Calviá (Mallorca), acuciados por la pérdida de su vivienda, de la que iban ser desalojados la semana que viene. Así lo dejaron escrito en una carta. Un trágico suma y sigue de víctimas de la burbuja inmobiliaria creada por gobernantes y banqueros. Los mismos que están interpelados para buscar una solución al problema de las familias que se han quedado y se van a seguir quedando sin techo por impago de la hipoteca. No sólo es legislativo el emplazamiento. También es moral. Como moral es el último recurso de los ciudadanos convertidos en escudos humanos para impedir el desalojo de una vivienda por impago de la hipoteca.

Con su éxito de ayer en el Congreso, cuya ruidosa celebración les costó el desalojo de la tribuna de invitados, los agitadores del movimiento antidesahucios ya han logrado que su iniciativa se tome en consideración. Pero eso es una pura formalidad. Lo de ayer se puede quedar en nada si son rechazadas sus propuestas, una vez convertidas en enmiendas al proyecto de ley sobre “medidas urgentes para reforzar la protección a los deudores hipotecarios”, que ya se está tramitando.

Lo deseable sería que PP y PSOE pusieran en común la voluntad política de terminar con esta “lacra social”, como la han calificado los propios jueces. Ya la mostraron a finales del año pasado, pero duró poco, cuando se aprobaron las medidas que suavizaron el problema sin resolverlo en absoluto. Hay margen para modular las propuestas de la iniciativa popular admitida ayer a trámite sin alterar el respeto a la propiedad privada y las bases del mercado hipotecario. Lo que no puede hacer el legislador es seguir mirando hacia otro lado mientras la legalidad vigente sigue apadrinando el rescate de los bancos y no el de las familias.

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