miércoles, 6 de febrero de 2013

Avance judicial y frenazo político al caso Bárcenas


                                                          
                                                            Antonio Casado
AL GRANO
 EL CONFIDENCIAL.COM
Fue como encontrarse a un amigo del pueblo en una piscina atestada de japoneses. Una barandilla en el vacío, una luz de posición en medio de la niebla. Así siente uno el hecho de que la Audiencia Nacional, la Fiscalía Anticorrupción y la Agencia Tributaria se hagan presentes en el escándalo protagonizado por el extesorero del PP, Luis Bárcenas. Los ciudadanos ya disponen de asideros reconocibles y decisiones concretas en busca de la verdad. Al menos, la judicial. La política va a salir más cara si el partido en el poder no colabora.

Estaba la gente a punto de perderse en los ejercicios de acrobacia verbal que venían practicando los dirigentes de un PP acorralado. En esas supimos que la Agencia Tributaria anulaba la regulación fiscal del extesorero por haber hecho trampas. La noticia confiere mayor credibilidad a las explicaciones del ministro Montoro. Y sirve para desactivar la sospecha de que el Gobierno había pactado con Bárcenas el cable que anteanoche le tendió a Rajoy y a su antiguo partido.

La higiene mental de los españoles sale ganando con el sonido de la máquina judicial después de sentir que les toman por idiotas. A lo de “todo es falso salvo alguna cosa” de Rajoy le siguió ayer el acertijo de Bárcenas sobre un manipulador que fabrica listas falsasSi no creemos en el gusto del PP por la transparencia, creamos en la tarea institucional de la Fiscalía Anticorrupción. El fiscal ha pedido a la ATE la relación de pagos declarados por el PP desde 2000, y al Tribunal de Cuentas la contabilidad de este partido. Además, ha citado al extesorero para hoy en relación con su presunta contabilidad opaca, ya entregada por el diario El País. Otra novedad: supimos también que el juez Ruz de la Audiencia Nacional, además de emplazar a Bárcenas para el próximo día 25 en relación con sus cuentas en Suiza, ha reclamado datos de la Hacienda Pública para saber si otros implicados en el caso Gürtel también se han acogido a la amnistía fiscal, por si la procedencia de esas fortunas fuera ilícita.

Son pasos contantes y sonantes orientados al esclarecimiento de los hechos en sede judicial. Hablamos, al menos, de la verdad judicial, pues la gestión de la verdad política depende de la mayoría absoluta del partido en el poder. Y no está por la labor. El resto de los grupos propuso una comparecencia monográfica del presidente Rajoy en un pleno del Congreso y una comisión parlamentaria destinada a depurar responsabilidades políticas, si las hubiera. El PP tumbó todas las iniciativas encaminadas a pedir explicaciones sobre el caso Gürtel (Bárcenas, Correa y lo que cuelga).

La higiene mental de los españoles sale ganando con el sonido de la máquina judicial después de unos días de sentir que les toman por idiotas. A lo de “todo es falso, salvo alguna cosa” de Rajoy le siguió ayer el acertijo de Bárcenas sobre un manipulador que fabrica listas falsas con acceso a la contabilidad verdadera. De momento, las listas publicadas están donde tienen que estar: en la Fiscalía Anticorrupción. Si son verdaderas, hay delito. Y si son falsas, también. Que hablen los tribunales.

En el terreno estrictamente político, el PP recuperó el discurso de la conspiración del adversario impaciente y desestabilizador. Por su parte, el PSOE mantiene su petición de que Mariano Rajoy abandone la presidencia porque su imagen ha quedado ligada al caso Bárcenas-Gürtel y, en esas circunstancias, se ha convertido en un lastre que pone más difícil luchar contra la crisis y afrontar el drama de un país con seis millones de parados. Argumentos que volveremos a escuchar hoy mismo, en la sesión de control al Gobierno, la que toca los miércoles en el Congreso de Diputados. Atentos a la pantalla.

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