viernes, 15 de febrero de 2013

Los secretos de Bárcenas no están en la nómina de Rubalcaba

                                                                      Antonio Casado
AL GRANO
EL CONFIDENCIAL.COM
Aunque no quería entrar en el juego, Pérez Rubalcaba enseñó su nómina ayer por la tarde en el Congreso. El embarullado discurso del PP, que va pisando engrudo desde la publicación de las listas de Bárcenas, se venía centrando estos últimos días en poner a prueba la disposición del líder socialista a ser tan transparente como Mariano Rajoy. El propio presidente del Gobierno le había emplazado a seguir su ejemplo en la dura sesión de control parlamentario de hace dos días.

Se había lanzado la insensata acusación -preventiva, eso sí- de que si Rubalcaba no hacía públicas sus declaraciones fiscales es porque tendría algo que ocultar. Lo habían repetido tanto los sucesivos portavoces del PP, que hasta parecían convencidos de ir ganando la batalla de la transparencia. La celebración les servía de pantalla sonora frente a los ecos persistentes del caso Gürtel y sus múltiples ramificaciones. He ahí el verdadero problema. Y el PP no lo va a resolver negando al adversario fuerza moral para dar lecciones. Ni tampoco consiguiendo que sus dirigentes y los del PSOE publiquen o dejen de publicar sus declaraciones de renta y patrimonio.

Los dirigentes del PP con más trienios disimulan como pueden el ataque de pánico que sufren, mientras rezan para que las prescripciones y los defectos de forma, como ocurriese hace veinte años con el caso Naseiro, acaben dando lugar al apagón judicial del caso GürtelLos secretos de Bárcenas no van a aparecer en las nóminas de Rubalcaba, como el mismo líder del PSOE dijo al comparecer ante los periodistas para adelantar su declaración de la renta en la próxima campaña anual de Hacienda. En 2012 cobró exactamente 67.299 euros netos. La mitad de lo que cobraba Rajoy cuando era jefe de la oposición: 135.000 euros, según los datos fiscales publicados en la página digital de la Moncloa, pues a los ingresos como jefe de la oposición sumaba lo que percibía del PP. También nos dijo Rubalcaba que ya se ha dirigido a la Agencia Tributaria para pedir los mismos certificados que ha presentado Rajoy, en los mismos términos, con los mismos epígrafes, “para que puedan compararse al detalle”.

Bueno, ¿y qué? Eso no va a desactivar de ninguna manera la caja de bombas que guarda Luis Bárcenas. Los dirigentes del PP con más trienios disimulan como pueden el ataque de pánico que sufren, mientras rezan para que las prescripciones y los defectos de forma, como ocurriese hace veinte años con el caso Naseiro, acaben dando lugar al apagón judicial del caso Gürtel. Mientras tanto, las raíces del escándalo son cada vez más visibles, como las del chopo castigado por una larga sequía. Desde las mayores, que tienen que ver con la financiación ilegal del PP, el sospechoso enriquecimiento de su tesorero y las donaciones inconfesadas de empresas agradecidas, hasta las de menor cuantía, como los regalos de Francisco Correa a la esposa de Jesús Sepúlveda (hoy ministra de Educación, Ana Mato), el curioso regalo de las cotizaciones del extesorero a la Seguridad Social sin contrato laboral de por medio o la controversia caligráfica en torno a las listas parcialmente verdaderas de Bárcenas.

No hay comentarios: