miércoles, 27 de febrero de 2013

Rubalcaba y Chacón, alineados frente a la ola soberanista

                                                                   Antonio Casado
AL GRANO
EL CONFIDENCIAL,COM
La diputada del PSOE por Barcelona, Carmen Chacón, fue la primera en tomar la palabra en la reunión semanal del grupo parlamentario socialista celebrada ayer. Anunció que pensaba romper la disciplina de voto de los 14 diputados del PSC cuando se votara la propuesta sobre el derecho a decidir de los catalanes. Los siguientes en intervenir, José Blanco y Alfonso Guerra, entre otros, le reprocharon su forma de expresarse. Ella, precisamente, no es quien iba a romper la disciplina de voto, sino los diputados catalanes que se desmarcaron del grupo socialista del Congreso al apoyar una propuesta apadrinada por los nacionalistas en defensa del llamado “derecho a decidir”.

Aunque la resolución estaba llamada a naufragar en la aplastante mayoría de PP y PSOE (275 votos en contra y 60 a favor fue el resultado), la controversia sobre ese presunto derecho nos remite a un asunto capital. Y si en un asunto capital los socialistas aparecen divididos, lo que procede es la escisión, como sugirió Alfonso Guerra, ex número dos del partido. Por respeto a los votantes y a la legalidad vigente.
La votación se produjo al final del día con la indisciplina consumada de 13 diputados socialistas catalanes (todos menos Carmen Chacón, que no votó) y una nueva sacudida en las relaciones de dos partidos legalmente distintos y políticamente alineados desde el 16 de julio de 1978. La segunda en los últimos días, tras la declaración pública del líder del PSC, Pere Navarro, en la que pedía la abdicación del Rey sin haberlo consultado previamente con el secretario general del PSOE. Demasiado para seguir manteniendo la asociación PSOE-PSC sin revisar su funcionamiento. Y eso es lo que va a ocurrir, según anunció ayer el líder socialista, Pérez Rubalcaba.

El aspecto disciplinario es de menor cuantía. Estamos ante un problema político de fondo. Hablamos del encaje de Cataluña en España, cuestionado por los nacionalistas que gobiernan en la Generalitat desde noviembre del año pasado. También es una cuestión legal. No existe en el vigente marco jurídico el derecho a decidir si el pueblo catalán quiere o no quiere convertirse en un poder constituyente. No, mientras no se cambie la Constitución que proclama al pueblo español en su conjunto como titular de la soberanía nacional y fuente de todos los poderes. Es una falacia el discurso oficial del PSC, que defiende la Cataluña española pero apuesta en la práctica por el derecho a decidir.

Tal y como está planteado el órdago secesionista que encabezan Artur Mas (CiU) y Oriol Junqueras (ERC), reclamar el derecho a decidir para luego decir 'no' a la ruptura con España es como pedir la vez en la cola del pescado y luego decirle al pescadero que quieres comprar fruta. Así es exactamente como lo ha visto tanto quien ostenta democráticamente el liderazgo del PSOE, Rubalcaba, como quien aspira a ostentarlo, Carmen Chacón.  No sólo por respeto a la legalidad. También por convicción política. “El PSOE es un partido español y trabaja por la unidad de España”, anunció ayer Rubalcaba. “No puedo apoyar esta resolución porque supone un proyecto de ruptura de Cataluña con España”, confesó Chacón.

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