lunes, 8 de agosto de 2011

HELECHOS FOSILES


Los falsos helechos fósiles de Salta




Ricardo Alonso, Doctor en Ciencias Geológicas (Unsa - Conicet)

lunes 08 de agosto de 2011 Opinión

Las figuras arborescentes en lajas son finas cristalizaciones de óxidos de manganeso con un crecimiento dendrítico.

Las dendritas de manganeso salteñas provienen de capas rocosas que se explotan para laja en la sierra de Mojotoro.

Muchas de las paredes de Salta están revestidas por lajas blanquecinas o amarillentas que muestran, en algunos casos, un manchado ocre o rojizo, producto de los óxidos de hierro que las impregnaron. A veces se observan algunas figuras como anillos concéntricos. No deja de ser la laja salteña común a la que estamos habituados. Sin embargo, cada tanto llaman la atención unas figuras negras que tienen claramente el aspecto de ser hojas de helechos. Y como hojas de helechos han sido consideradas por largo tiempo por muchos de nuestros comprovincianos, que incluso las han buscado especialmente en las canteras de lajas de los cerros vecinos para adornar interiores.

A pesar de su enorme parecido no tienen nada que ver con helechos. Las rocas que las contienen son sedimentos marinos depositados en antiguas playas o plataformas, hace casi 500 millones de años. Los helechos son plantas continentales que habrían de aparecer decenas de millones de años después. ¿Qué son entonces? Dichas figuras arborescentes son finas cristalizaciones de óxidos de manganeso con un crecimiento dendrítico. Se las conoce como “dendritas de manganeso” y se las ha encontrado en muchas formaciones rocosas de las distintas épocas geológicas en todos los continentes.

Precisamente la palabra dendrita viene del griego y hace referencia a árbol, arbóreo o arborescente. Como las dendritas de las neuronas, del hielo en un copo de nieve o como el diseño de una red fluvial vista desde el espacio. Las dendritas de manganeso salteñas provienen mayormente de las capas rocosas que se explotan para laja en la sierra de Mojotoro. Estas lajas, humildes por cierto, son un material noble que todavía embellece las veredas y paredes de algunas de las casas de la ciudad y que fueron el principal recurso que se usó para la construcción en la vieja Salta. Son el resultado de la sedimentación marina de un océano pretérito que cubrió gran parte de lo que hoy es América del Sur en el Paleozoico inferior, más precisamente en el período Ordovícico.
Para aquella época se depositaban fangos y arenas, según la profundidad y la distancia a la costa. Los animales invertebrados que vivían en ese mar, principalmente artrópodos, braquiópodos, gasterópodos y bivalvos, al morir se depositaban en el lodo del fondo y con el tiempo se convirtieron en fósiles. Los trilobites son un buen ejemplo de ello. Esos fangos petrificados y fosilíferos se presentan en rocas hojaldradas, las que son muy comunes en el cerro San Bernardo y otros promontorios de la serranía de Mojotoro, al este de la ciudad de Salta. Por su parte las arenas blanquecinas, formadas por finos granos de cuarzo, formaban camadas que se superponían en capas separadas por superficies planas, dando paquetes o estratos que contenían varias unidades lajosas internas.

Esas superficies lisas sirvieron para la migración de fluidos minerales, concretamente óxidos de manganeso, los que comenzaron a cristalizar con una geometría fractal y arborescente para dar las conocidas dendritas de manganeso. El crecimiento geométrico fractal es similar al que forman las hojas de los helechos. Las ramas de los helechos tienen la misma forma que cada una de las hojas individuales, y cada una de las hojas está compuesta por hojas más pequeñas. A su vez, estas lo están por otras más pequeñas todavía, de manera tal que si miramos una parte reproducimos el todo. No importa la porción que miremos, ya que las estructuras son similares sea cual fuere nuestra escala de observación.

La geometría fractal, de la cual las dendritas y los helechos son buenos ejemplos, fue un gran avance realizado por Benoit Mandelbrot en 1975. Esta geometría, no euclidiana, describe y cuantifica las formas irregulares que presentan los objetos en la naturaleza. La complejidad morfológica se pondera mediante el parámetro dimensión fractal, que indica la eficiencia con que un objeto llena el espacio en que está contenido. Matemáticamente se expresan como dimensiones fraccionarias, por lo tanto no son ni 1 (la línea) ni 2 (la superficie) ni 3 (el volumen); pero sí pueden ser 1,7 o 2,4 o cualquier otro número fraccionario. Las dendritas de manganeso son entonces una delicada película negra sobre la superficie lisa de una roca, sea un plano de estratificación o una diaclasa (fisura).

Se pensaba que el óxido de manganeso que las formaba era la pirolusita, pero nuevos estudios la han descartado por otros minerales manganesíferos indistinguibles a simple vista. Está claro entonces que no son fósiles en el sentido de restos de animales o plantas fosilizados, sino acumulaciones de óxidos minerales con un particular crecimiento geométrico: dendrítico. De allí que se las clasifica también como “pseudofósiles”, o sea, fósiles falsos. Al no tener valor de fósiles verdaderos, pueden ser comercializadas como simples piedras, que es lo que son. Los coleccionistas de minerales las compran y venden legítimamente por catálogo alrededor del mundo y se cotizan hasta 20 dólares por pieza de acuerdo con su calidad. Personalmente las he comprado en Brasil, donde las enmarcan y las venden a los turistas.

Dada la abundancia de estas dendritas en Salta se podría comercializarlas de igual manera para venderlas como recuerdos locales en los corredores turísticos. Y no solamente aparecen estas bellas dendritas en las lajas que se explotan en las canteras de nuestra serranía, sino que también hay hermosos ejemplos de dendritas negras sobre fondo blanco en el ónix que viene de la Puna. El ónix se vende para artesanías y las dendritas podrían darle mayor valor agregado. También se han encontrado dendritas en las lajas de pizarra que forman las rocas del antiguo basamento precámbrico y que están ampliamente distribuidas en el norte argentino; lo mismo que en las calizas cretácicas de la formación Yacoraite, y en otras variadas rocas con las condiciones de poseer superficies planas por las cuales hayan circulado las aguas cargadas con óxidos de manganeso. Las dendritas son entonces pseudofósiles con forma de helechos fósiles.

También hay verdaderos

Ahora bien, es interesante remarcar que en Salta se han encontrado también helechos fósiles verdaderos. Estos provienen de capas acumuladas en ambientes cálidos y húmedos, pantanosos, de las viejas selvas que hubo en la Quebrada del Toro y el Valle Calchaquí, unos cinco millones de años atrás. Precisamente el ambiente selvático que hoy está retirado hacia el este como es el caso del Baritú, estaba adosado al borde de la Puna antes de que comenzaran a elevarse las montañas que fueron frenando los vientos húmedos del Atlántico y desertizando los valles occidentales. Pero estos helechos sí son de valor científico y patrimonial legal. Las dendritas no lo son y en tal sentido pueden ser una nueva fuente de ingreso para artesanos y pequeños mineros que realicen una minería social.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen articulo, me ha sido muy util para descartar hallazgos similares en la costa de Montevideo. Leo

Martin Grillo dijo...

Excelente información- Hoy hemos retirado cera negra que existía sobre nuestro piso de entrada y escaleras y vi estás piedras con imágenes que ahora se que son. Gracias!

Anónimo dijo...

Tengo una piedra igual del cañón de cacheuta mendoza con esos helechos petrificados