jueves, 20 de junio de 2013

Rajoy y Rubalcaba sellan con una foto el pacto por Europa

Antonio Casado
AL GRANO
OPINION
EL CONFIDENCIAL.COM
El nuevo discurso del Gobierno, matizado ayer por el ministro Soria puertas adentro y por el FMI puertas afuera, se abraza a la doctrina musical de Serrat. Bienaventurados los que han tocado fondo porque a partir de ahí sólo cabe la remontada. Con permiso de los aguafiestas, que representan la crisis en forma de “ele” mayúscula (L). Los optimistas, de momento, tienen servida su dosis de hoy con el encuentro Rajoy-Rubalcaba de esta tarde en Moncloa para escenificar el Pacto por Europa. La estabilidad política también cuenta ante la mirada vigilante de Bruselas y la mano poderosa de los mercados. Y ese es el pie de la foto que esta tarde se va a hacer en Moncloa el presidente del Gobierno con el jefe del principal partido de la oposición.

El pacto, abierto al resto de los partidos políticos, que tendrán que retratarse en la votación del martes próximo, es algo más que un intangible. España va a jugar con una sola voz en la Cumbre Europea del 27-28 de junio para recabar inversiones europeas en políticas de crecimiento, fomento del empleo juvenil, más fondos del BCI (Banco Europeo de Inversiones) en créditos a pequeñas y medianas empresas, un único mercado financiero y avances hacia una verdadera integración europea.
Son reclamaciones contantes y sonantes subscritas por dos fuerzas políticas diferentes jugando ocasionalmente con una misma camiseta, la de la selección española, según la afortunada representación verbal del líder del PSOE. Se trata de conseguir un mayor compromiso de la UE en relación con una España en estado de necesidad. O sea, más crédito, más inversiones y más crecimiento como resortes de una política en la que la austeridad tenga un fuerte contrapeso de actuaciones orientadas hacia la reactivación económica y el empleo.

En línea con el espíritu del pacto (y la letra, contenida en la proposición no de ley que se votará el martes en el Congreso), sería muy de agradecer que, aparte de la foto conjunta de Rajoy y Rubalcaba, que reinará en las portadas del viernes, también hubiera comparecencia conjunta de ambos después de su encuentro de esta tarde, en el que probablemente traten otros asuntos de la agenda política. Pero sólo está prevista la del líder del PSOE, que no se cansa de decir que “los socialistas nos sentimos cómodos con el pacto”.

Eso nos lleva a la derivada nacional, aparte de la europea que le es propia. Es posible que se acaben sumando los nacionalistas vascos (PNV) y catalanes (CiU), además de UPyD. Pero ya es asunto de menor cuantía para Rajoy y Rubalcaba. Han logrado éstos su objetivo de consumo interno: huir de la quema de un bipartidismo en horas bajas. Marcando distancias, por supuesto, a fin de que no se despiste nadie. En el PP no se cansan de limitar su predisposición al diálogo con los socialistas con una línea roja: el riesgo de repetir las políticas fracasadas de su adversario. Y los socialistas no se cansan de decir que el hecho de sintonizar con el Gobierno en Europa no incluye ni de lejos el alineamiento por afinidad. “No somos iguales”, decía Rubalcaba el pasado fin de semana en Madrid.

No hay comentarios: