miércoles, 19 de junio de 2013

Los sindicatos piden en la calle lo que Rajoy en Bruselas


Antonio Casado
AL GRANO
EL CONFIDENCIAL.COM
Hoy les propongo una especie de entretenimiento respecto al minuto y resultado de la política nacional. A partir de los sonidos de la calle. Y no me refiero al de los dos protagonistas del pacto por Europa, Mariano Rajoy (“Ya hay luz al final del camino”) y Alfredo Pérez Rubalcaba (“No somos iguales”), sino a los silbatos y tambores de las movilizaciones sindicales convocadas ayer en treinta ciudades españolas “por el empleo y la protección social, por una Europa más social y más democrática”. En teoría, nada que no esté en el cantable que el presidente del Gobierno va a llevar a la Cumbre Europea del 27-28 de junio.

Si sólo nos atenemos a la letra –el espíritu es otra cosa-, esas reclamaciones sindicales también figuran, casi con las mismas palabras, en el texto de la proposición no de ley apadrinada por Rajoy (Gobierno) y Rubalcaba (PSOE) que ha de votarse el día 25 con la muy probable adhesión de otros grupos parlamentarios. Ahí se lee que el impulso político prioritario debe dedicarse a “hacer frente a las altas tasas de desempleo y, en particular, el juvenil”. Ergo, se insta al Gobierno a “impulsar el crecimiento y el empleo aprovechando al máximo la capacidad inversora de la UE”. Todo ello, en el marco de esa Europa más social y más democrática reclamada ayer en la calle por los manifestantes en línea con la apuesta de los sindicatos españoles y europeos.

De hecho, el mandato que llevará Mariano Rajoy a la Cumbre incluye la exigencia de que la UE impulse “el papel de los agentes sociales”, a fin de favorecer su participación en el desarrollo de la “dimensión social europea”. Todo eso pasa, según la posición común Gobierno-PSOE que el presidente español defenderá en Bruselas, por “asegurar un alto nivel de protección social, proteger los derechos laborales y fomentar los servicios públicos, como la sanidad y la educación de calidad”.

No me invento nada. Ahí están los lemas de las manifestaciones callejeras de ayer (100.000 personas, según los organizadores) y sus reiteradas apelaciones al máximo responsable del Gobierno para que defienda en la Cumbre políticas a favor del crecimiento y el empleo. Y ahí están las demandas del pacto Rajoy-Rubalcaba que coinciden con las de la movilización sindical de ayer ¿Será posible tan saludable sintonía entre la España de la calle y la de los despachos? Qué más quisiéramos.

No estaría nada mal un eje Gobierno-PSOE-sindicatos, por supuesto abierto a otros partidos y a otros agentes sociales. Pero sólo es un espejismo llamado a desvanecerse. Un juego de palabras ideado por las fuerzas políticas centrales cuando sus respectivos líderes han tenido necesidad de sindicarse en la 'altura de miras' frente al avance de otros partidos que vienen pidiendo paso. Puro consumo interno. Y en clave europea, nada relevante hasta que Angela Merkel haya pasado por las urnas alemanas

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