martes, 29 de enero de 2013

Los jerarcas de Bruselas vienen a sacarnos los colores



                                                          Antonio Casado
AL GRANO
EL CONFIDENCIAL.COM
Ayer coincidieron en Madrid los hombres de negro, que vienen a saber si estamos pagando el precio del rescate bancario (la famosa “condicionalidad”) con tres jerarcas de Bruselas que llegan para descubrir cómo no se nos cae la cara de vergüenza por dejar en paro a más de la mitad de los jóvenes españoles. Y todo esto ocurre unas horas después de que Angela Merkel, la jefa, riñese en Chile a Mariano Rajoy por dedicarse a pedirle políticas expansivas en vez de inundar de productos españoles los países latinoamericanos.

Total, que todo el mundo nos dice lo que tenemos que hacer. En especial, la canciller. ¿Y quién le dice a ella que es muy difícil competir, por no decir imposible, en condiciones tan brutalmente desiguales? Mientras Alemania puede financiarse a interés cero, España debe pagar sus préstamos en el mercado de la deuda al 5%. Y, además, la Merkel está en contra de un eventual rescate financiero a nuestro país para no pagar un coste político en las urnas. El resultado es que se hace cuesta arriba confiar en salir de la crisis con una prima de riesgo en 360 puntos básicos.

Rehn reconoce ahora a los sindicatos un alto sentido de la responsabilidad en la lucha contra la crisis. Algo es algo si, al final, Moncloa cuenta con UGT y CCOO en la elaboración de esa Estrategia para el Emprendimiento y la Creación de Empleo de la que ayer hablaba BáñezLa asimetría es insoportable y alguien debería decir en Bruselas que España no puede seguir así por mucho tiempo si la UE no echa una mano, suavizando la presión y favoreciendo políticas de crecimiento. Con más energía y a mayor nivel que la bondadosa ministra Báñez, que ayer habló al comisario de Empleo, László Andor, en estos términos: “España ha sido solidaria cuando otros lo han necesitado y ahora, cuando ya hemos demostrado que lo merecemos, señor comisario, esperamos recibir el apoyo necesario para salir de esta situación”.

Ellos son menos amables con nosotros. No es de recibo que, ante las últimas cifras de la EPA (Encuesta de Población Activa), venga el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, a decirnos que siente “vergüenza” del paro juvenil en nuestro país. Y lo único que se le ocurre, por concesión al auditorio (40 aniversario de la CES, celebrado ayer en Madrid) es apostar por una mayor presión sindical en Bruselas. Quizás llevado también por el ambiente de la celebración sindical, el comisario de Economía de la UE, Olli Rehn, le puso pegas a la reforma laboral del Gobierno Rajoy porque, según él, no se escuchó a los sindicatos. Mira por donde, ahora les reconoce un alto sentido de la responsabilidad en la lucha contra la crisis.

Bueno, algo es algo si, al final, Moncloa cuenta con UGT y CCOO en la elaboración de esa Estrategia para el Emprendimiento y la Creación de Empleo (algo más que la tarifa plana en cotizaciones sociales de jóvenes empresarios, esperemos) de la que ayer hablaba la ministra Báñez al calor de la cita sindical, que trajo a Madrid a los dos mencionados jerarcas de la UE.

Claro que mucho peor que lo de Shullz y Rehn es lo del presidente del Deutsche Bank, Josef Ackermann. Este no estuvo en Madrid, pero no pierde la ocasión de explicar lo bueno que es mantener a España al borde del abismo para que no siga derrochando. También debería decirle alguien que, para los españoles, el precio de esa terapia son seis millones de parados, que ya no estamos para soportar nuevas pruebas y que nuestro espíritu de sacrificio tiene un límite.

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