OPINIÓN AL GRANO
Antonio Casado Alonso
La suerte del Rey depende de su yerno y la de Mariano Rajoy de su tesorero. La Democracia española, a merced de los subalternos. Es la síntesis aterradora de nuestros males, multiplicados ahora por los escándalos de la corrupción política. Sin embargo, las aglomeraciones no se forman en los aeropuertos para salir del país, sino frente a la sede central del PP para exigir explicaciones por el último coletazo del caso Gürtel.
Los papeles de Luis Bárcenas están en los periódicos desde ayer. ¿Contabilidad 'B' del PP? La secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, lo niega, y nos invita a distinguirla de la contabilidad 'B' del tesorero del PP. De los papeles de Bárcenas dice no saber nada. No le suenan. No le constan. En cambio, sobre los papeles del PP, sometidos regularmente a una pública e higiénica fiscalización, sólo tiene palabras de elogio. Nunca se vio en nuestra reciente historia mayor ejercicio de transparencia. “La contabilidad del PP es única, clara, limpia, transparente y sometida al Tribunal de Cuentas”, decía ayer la número dos del partido en el poder.
La dirección del PP a insultar la inteligencia de los españoles. Primero, por negar las evidencias respecto al pago de sobresueldos a sus dirigentes. Segundo, por volver a la doctrina Rajoy (febrero 2009), cuando proclamó que Gürtel era una trama contra el PPDe nuevo la insoportable tendencia de la dirección oficial del PP a insultar la inteligencia de los españoles. Primero, por negar las evidencias respecto al pago de sobresueldos a sus dirigentes, al menos entre los años 1990 y 1999. Y segundo, por volver a la doctrina Rajoy (febrero 2009), cuando se hizo acompañar por la plana mayor de su partido para proclamar urbi et orbi que Gürtel no era una trama del PP, sino una trama contra el PP. Cospedal insistió ayer en que la publicación de la contabilidad opaca de Luis Bárcenas, gerente y tesorero del partido a lo largo de 18 años ininterrumpidos, “son informaciones que tienen por objeto perjudicar al PP y a su presidente”.
Lo que perjudica al PP y a su presidente no es la información sobre los sobresueldos, sino tratar a los españoles como si fueran idiotas. Todavía no hemos oído decir a ningún dirigente del PP que Luis Bárcenas sea un mentiroso o que se haya inventado uno de esos días las anotaciones del susodicho con ingresos y gastos. Lo que perjudica a Rajoy no es la publicación de la contabilidad B del entonces tesorero del PP, sino la mala conciencia de negarla más allá de lo razonable. Al fin y al cabo, cobrar un sobresueldo, o pagarlo, no es ningún delito. Delito sería en todo caso disponer de un dinero de procedencia ilícita, por parte de quien lo da, o no declararlo a la Hacienda Pública, según la cantidad, por parte de quien lo recibe.
Nadie tiene derecho a poner en duda la honradez de Mariano Rajoy pero, respecto a esos 25.200 euros anuales que habría recibido durante once años, preguntar no es ofender. El líder del PSOE, Pérez Rubalcaba, se lo ha puesto muy fácil con dos sencillas preguntas. La primera: ¿Cobró esos sobresueldos, sí o no? Y, si los cobró, como se desprende de las anotaciones de Bárcenas, ¿los cobró en blanco o en negro? Mejor que las responda cuanto antes, sin esperar a esa especie de gabinete de crisis convocado para el sábado en la sede de Génova. No es bueno, ni justo, que la figura el presidente del Gobierno de la nación esté bajo sospecha.