martes, 16 de abril de 2013

Rajoy en el Vaticano: crisis y relaciones bilaterales

Antonio Casado Alonso
AL GRANO
EL CONFIDENCIAL.COM

Por lo que nos cuentan de la visita de Mariano Rajoy al Vaticano, y lo que nos relatan de la primera jornada de la cumbre episcopal en Madrid, el Papa Francisco está tan preocupado por el paro y los desahucios en España como el cardenal Rouco Varela, presidente del Episcopado, lo está por el aborto y el matrimonio gay. Cuestión de prioridades.

La pista vaticana nos la daba el viernes pasado monseñor Antonio Cañizares, excardenal primado de Toledo, que ahora desempeña en la Curia el cargo de prefecto de la Congregación para el Culto y la Disciplina. Anunciaba entonces que el presidente del Gobierno escucharía ayer de labios del Papa una referencia al problema de los desahucios. “Un tema que está agrandando de forma alarmante en España la distancia entre los ricos y os pobres”, decía Cañizares a los periodistas.
La pista sobre las preocupaciones de Rouco Varela nos la dio él mismo a última hora de la mañana de ayer en su pesimista discurso inaugural de la 101ª asamblea de la Conferencia Episcopal. Más o menos a la hora en la que Bergoglio se estaba dirigiendo a Mariano Rajoy, reunidos a solas durante veinticuatro minutos en la biblioteca privada del Papa, Rouco se dirigía también al presidente del Gobierno para reclamarle una reforma en profundidad de la permisiva Ley del Aborto fletada por el Gobierno Zapatero y una marcha atrás en la legislación sobre matrimonios entre homosexuales.

Crisis, relaciones bilaterales, educación e Iberoamérica han sido las cuatro grandes coordenadas de las conversaciones de Rajoy en el Vaticano. Simplemente apuntadas en el encuentro con el Papa y tratadas más a fondo en la reunión posterior del presidente con el secretario de Estado, Tarsicio Bertone. Poco más sabemos. Hasta el momento Moncloa no ha sido demasiado explícita. Pero vale la pena subrayar el detalle de haber sido el primer mandatario europeo en reunirse con el nuevo Pontífice. Por supuesto que tiene importancia, más allá de su paso común por los jesuitas y su compartida afición por el buen fútbol. Si además sale ganando la marca España, me parece muy acertado el regalo de una camiseta de la Roja con las firmas de los jugadores españoles.

A la espera de conocer más detalles, damos por buena la referencia al posterior encuentro con Bertone como la parte de mayor contenido político en materia de relaciones bilaterales España-Vaticano. Lógico. No hay contenciosos pendientes en la aplicación de los acuerdos de 1979, que funcionan como un verdadero Concordato entre los dos Estados, aunque es muy probable que Bertone le haya recordado la promesa electoral de acabar con la actual ley de plazos que regula la interrupción del embarazo. Está en el telar parlamentario del PP, pero aún sin fechas. La reforma -contrarreforma, en este caso-  anuncia un nuevo y crispado debate sobre el aborto. Y Rajoy no acaba de ver el momento de acometerla.

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