miércoles, 17 de abril de 2013

Pere Navarro defiende en Madrid el derecho a decidir

 Antonio Casado
AL GRANO
EL CONFIDENCIAL.COM

Buena la hicieron los socialistas catalanes al incluir el dichoso “derecho a decidir” en su programa electoral. Están cautivos de ese compromiso. Pesa como una losa sobre el conjunto de los socialistas españoles, con su secretario general, Pérez Rubalcaba, a la cabeza. Y tanto en Cataluña como en el resto de España alimenta la sospecha de que el PSC es una especie de tonto útil del nacionalismo. La sospecha se desprende de un discurso que defiende con la misma firmeza el derecho a decidir y el rechazo a la independencia de Cataluña. Como si fueran compatibles. Y no lo son, a mi juicio.

El secretario general del PSC, Pere Navarro, vino ayer a Madrid para desmentirlo una vez más. Por si acaso, Rubalcaba puso tierra por medio cediendo al exministro Ángel Gabilondo (atinadas sus apelaciones a la “sensatez” y la “concordia”) el honor de apadrinar la conferencia. A lo largo de su intervención, con preguntas de periodistas al final, Navarro no consiguió ahuyentar la sensación de que, con su reiterada defensa del derecho a decidir, los socialistas catalanes están inflando las velas del barco segregacionista que pilota Artur Mas.

La reaparición de Navarro en Madrid coincide con la inesperada sed de centralidad del tándem nacionalista que gobierna en la Generalitat y su necesidad de entenderse con Madrid para evitar el colapso financiero de Cataluña. Gobernabilidad o caos. Es el dilema de Artur Mas. Eso mejora levemente el papel político del PSC pero le sitúa ante su propio dilema: blanquear la operación soberanista o dejar que el president afronte sus contradicciones y se enrede en su propio laberinto.

Insisto: el paso de Navarro por Madrid no despejó las dudas. Ni esas ni las de su eventual reencuentro con el discurso del líder del PSOE, Pérez Rubalcaba, mediante la revisión consensuada de los acuerdos PSOE-PSC firmados hace 35 años por Joan Raventós y Felipe González. No habrá ruptura. Nadie la quiere. Las dos partes saldrían perdiendo. Pero también es cierto que se mantiene viva la discrepancia respecto al derecho a decidir. Van a tratar de reabsorberla en ese común y difuso horizonte de segunda transición y reforma constitucional de marco federalista. Por ahí van las conversaciones encaminadas a la firma de un nuevo protocolo de relación PSOE-PSC.

De momento, la dirección del PSC no tiene la menor intención de renunciar a la defensa de una consulta para conocer la voluntad de los catalanes sobre su futuro, aunque tiene que ser “legal” y “acordada”, según Navarro. Es como decir una cosa y la contraria al mismo tiempo, si nos atenemos al contexto. Es imposible una consulta legal y acordada con el Gobierno para decidir el futuro político de los catalanes en el marco jurídico-político diseñado en la Constitución. Salvo que en la consulta participe el conjunto de los españoles. No parece que esa sea la idea de Artur Mas y su socio Junqueras (ERC).

Navarro dijo ayer en Madrid que el derecho a decidir no es un instrumento para conseguir la independencia de Cataluña. No lo será para él, pero sí lo es para los nacionalistas. De modo que defender el instrumento es favorecer políticamente los verdaderos fines del nacionalismo. Es de sentido común.

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