lunes, 18 de marzo de 2013

El vídeo que avergüenza a España y a sus militares

 
Antonio Casado
 AL GRANO
EL CONFIDENCIAL.COM
 Ayer no se hablaba de otra cosa. Un vídeo de 40 segundos que hiere la sensibilidad de los españoles. La palabra es vergüenza. Y después del punto y aparte, depuración, aunque hayan pasado diez años. Nos negaríamos a nosotros mismos, como nación comprometida en la causa de los derechos humanos si cayésemos en la debilidad de echarlo en el olvido, mirar hacia otro lado o quitarle importancia porque la guerra es la guerra. No puede haber prescripción moral ni legal para quienes tratan a un semejante como un animal. Ni a quienes lo consienten. Aquí nadie se chupa el dedo. Es evidente la malicia política de su difusión, justo en el décimo aniversario de aquel extravagante alineamiento del entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, con la aventura bélica norteamericana en el Irak de Saddam Hussein. Pero no desenfoquemos el problema. Sería mezquino convertir el episodio puntual que conocimos ayer a través del diario El País en una pedrada política contra Aznar con efecto retroactivo. Lo que se ve en el vídeo no es ni por asomo el estilo de nuestros militares ni de nuestros gobernantes, sean del PP o del PSOE. Algunos criticamos en su día la apuesta bélica de Aznar en contra el sentir mayoritario de los españoles, incluidos los votantes del PP. Recuerdo la manifestaciones del sábado 15 de febrero de 2003 contra la guerra de Irak como una apisonadora de la España real pasándole por encima a la España de las Azores, que sólo existía en la mente averiada de Aznar. Fue una enmienda a la totalidad de una apuesta que nos alejaba de la construcción europea y nos convertía en cómplices de una eventual fractura de la ONU. Como todo el mundo sabe, la España oficial se puso de parte de quienes creían inevitable y justa aquella guerra “por si acaso” de Bush y sus amigos. El arriba firmante aplaudió a rabiar la retirada de las tropas decidida en abril de 2004 por el recién llegado Gobierno de Rodríguez Zapatero. Fue al día siguiente de su toma de posesión, el 19 de abril de 2004. O sea, un año después de la invasión (19 marzo de 2003). La salida de nuestras tropas cerraba la secuencia de aquella lamentable página de nuestra reciente historia. Pero por muy lamentable que sea, no caeré en la tentación de relacionar aquella infausta decisión política con la abominable conducta de los tres o cuatro soldados que deshonran a España y no merecen vestir ese uniforme. No viene a cuento llevar al debate político el caso de unos soldados españoles, con nombres y apellidos –si hay voluntad, no será tan difícil localizarlos-, pateando a unas personas indefensas. Salvo, insisto, que se quisiera ignorar lo ocurrido hace menos de nueve años en la base principal de nuestras tropas en Diwaniya (Irak). No parece, más bien todo lo contrario, a juzgar por las primeras reacciones oficiales del Ministerio de Defensa, que califican las imágenes de “deplorables”. Anuncian un proceso indagatorio para localizar a los autores de esta salvajada y depurar responsabilidades. Son los militares los primeros en avergonzarse por las imágenes de este bochornoso vídeo. Amén.

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