RICARDO ALONSO
DR en Ciencias Geologicas
Unsa Conicet
La historia de Salta se nutre y se enriquece con las
biografías de grandes hombres cuya huella se mantiene indeleble a lo largo de
los tiempos. Entre estos preclaros varones de nuestra vieja Salta rescatamos en
esta oportunidad la figura de don Ángel Zerda. No solamente por haber sido
gobernador constitucional de la provincia sino también porque su nombre ha
quedado indisolublemente unido al Colegio Salesiano “Ángel Zerda”. Fue él quien
puso su fortuna personal para donar el predio y construir luego allí el
señorial edificio que se ubica en Caseros N´ 1250, ocupando una manzana
completa y otras dependencias aledañas. El Colegio Salesiano “Angel Zerda” ha
sido y es una de las instituciones educativas ejemplares en la enseñanza de
nuestra provincia. Este año se cumple un siglo desde que fuera inaugurado en
1913. Lamentablemente don Ángel no llegó a ver su sueño terminado ya que
falleció precisamente ese mismo año de 1913 unas pocas semanas antes de la
inauguración oficial del colegio. Pero la semilla fecunda ya estaba sembrada y
por sus aulas pasaron miles y miles de estudiantes, en su mayoría de bajos
recursos, que pudieron terminar allí sus estudios, elevar su nivel de vida y
mejorar sus aspiraciones personales. Con una educación de excelencia, basada en
la calidad de los contenidos, en los buenos profesores, en la disciplina,
puntualidad, asistencia y respeto, todo ello en un marco de responsabilidad
ajeno a los eufemismos y disfraces que observamos en los actuales paradigmas
educativos. Y hablo en primera persona, como egresado agradecido de la
educación que me brindó ese magnífico colegio. Ahora bien ¿Quién fue Ángel
Zerda? La persona que más y mejor lo ha estudiado y que además tiene un libro
en preparación sobre su figura es el padre salesiano Eduardo Giorda, ex rector
del colegio. Gracias a sus apuntes biográficos sabemos que fue el séptimo hijo
del coronel Ángel Mariano de la Zerda y Urristi (1791-1856) casado en primeras
nupcias con doña Fabiana Medina Rodríguez. Guerrero de la independencia, peleó
al lado de Gemes y además estuvo en varias campañas militares donde se batió con valor. Acompañó a Arenales al Alto Perú. Su hijo, don Angel Segundo Zerda
Medina nació en La Caldera el 7 de agosto de
1837. Casó en 1868 con doña Prediliana Torino López, pero no tuvo descendencia. Toda
su vida se caracterizó por una gran austeridad, aún cuando fue un hombre de
gran fortuna en base a sus emprendimientos industriales y diversos negocios
comerciales. Ocupó varios cargos políticos como constituyente, senador y finalmente
gobernador. Este último lo desempeñó tres veces, principalmente en 1898 y en
1906-1907 por ausencia o la renuncia del titular mientras él se desempeñaba
como presidente del Senado. Finalmente fue elegido por el voto popular y
ejerció como gobernador durante un período completo desde 1901 a 1904. Todos
sus logros políticos y económicos quedan opacados detrás de su gran obra que
fue haber confiado en la tarea y en la labor que iban a realizar los padres
salesianos en Salta. Al respecto en una entrevista que le hicieron en el diario
“Nueva Época” decía: “Sí, es cierto, he hecho una donación a los Padres
Salesianos. Es una asociación que presta grandes beneficios a la humanidad. Los
ayudo con la convicción de que la labor que han de realizar será fructífera y
beneficiosa para la humanidad. En el edificio que ha de construirse, una vez
terminado, se admitirán 100 niños internos y 200 externos. Allí se les enseñará
de todo; los grados esenciales de la instrucción primaria y un oficio o
profesión para que puedan ganarse honradamente la vida; allí aprenderán a ser
útiles bajo la base del amor a Dios y al trabajo”. Atilio Cornejo, el eminente
historiador salteño lo recuerda diciendo que don Ángel Zerda “fue una de las
principales figuras representativas de su época, no solamente en el orden
comercial e industrial (como fue, sin duda, la fortuna más grande), sino
también político. Fue uno de los propietarios del Ingenio Ledesma”. Hijo de un
coronel guerrero de la independencia no podía estar ajeno a cualquier cosa que
le sucediera a su ciudad y es así que en 1867 acompañó al gobernador Sixto
Ovejero Zerda como Jefe de la Trinchera N§ 10 en la defensa de Salta (10 de
octubre) contra la invasión de Felipe Varela. Su calidad humana y valores de
hombre probo quedaron registrados en las necrológicas que le dedicaron los
diarios de Buenos Aires. El diario “La Prensa”, refiriéndose a su
administración política, subrayaba: “Se lo debe señalar como un celoso guardián
de los caudales públicos, pues imprimió al gobierno la honestidad que
caracterizó su larga actuación comercial". Por su parte el diario “La
Nación” destacaba: “Era don Ángel Zerda uno de esos fuertes trabajadores, cuya
energía cuenta como elemento del desarrollo económico general, por haber
contribuido en el radio de su actuación al progreso de las industrias
extractivas. Su carácter de constante quietud y de constante ecuanimidad,
acordaron al Sr. Ángel Zerda un ascendiente incontestado sobre sus ciudadanos;
la honestidad de su vida familiar y el alto ejemplo de su integridad en la
opulencia, le llevaron a regir diversas magistraturas de su provincia natal. La
ciudad de Salta lo cuenta entre los promotores de sus progresos edilicios”. Y
luego apuntaba “Desaparece, pues, rodeado de la consideración de los próximos y
deja tras de sí el recuerdo de una existencia eficaz, llena de elevadas
intenciones, representativa de una época, y a quién sus contemporáneos le son
deudores de muchos adelantos de que ahora gozan”. Esto se decía en Buenos Aires
señalando aspectos que eran de amplio conocimiento de sus contemporáneos. Por
su parte los medios locales también daban fe de la nobleza de espíritu y
generosidad del ilustre salteño. Entre ellos, el diario “La Provincia”
remarcaba: “Desde que se tuvo ayer conocimiento del fallecimiento de don Ángel
Zerda, la sociedad y el pueblo de esta capital se sintieron profundamente
conmovidos. Existía la triste convicción de su cercano fin; pero no quitó que
todas las clases sociales apreciaran igualmente que con el extinto desaparecía
un hombre honrado, leal, bueno, caritativo y progresista, modelo de decoro
social y de gran ciudadanía”. Angel Zerda falleció en Salta el 1 de mayo de
1913, a los 75 años de edad. Lo despidió el entonces gobernador Dr. Robustiano
Patrón Costas, con sentidas palabras fúnebres, de las cuales rescatamos: “Fue
don Ángel Zerda marcado con el signo de los hombres de alma superior. Ejerció
la caridad sin ostentación y sin jactancia, que es la caridad que honra y
ennoblece, y no la mentida que busca en la publicidad la satisfacción de
sentimientos subalternos de vanidad”. El salteño Ángel Zerda, una figura enorme
y un ejemplo a imitar.
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