domingo, 18 de octubre de 2015

Ónix Vaticano: La gema salteña


Dr Ricardo N Alonso
Dr en Ciencias Geologocias
Unsa Conicet


La Puna Argentina alberga capas de ónix con colores singulares que los hacen únicos en el mundo. Entre ellos un ónix azul cielo que fue comprado en su mayor parte por el Vaticano a mediados del siglo XX. Así como Catamarca tiene la rodocrosita (la piedra nacional) y Misiones las amatistas de la mina de Wanda, Salta se caracteriza por su ónix y entre ellos el azul destaca por su belleza y rareza.
La Puna es un paraíso de ocurrencias de capas de ónix de los más diversos colores. El mayor yacimiento argentino, en volumen, se encuentra en La Toma, provincia de San Luis, y corresponde a un ónix verde (Cantera Santa Isabel). Según algunos autores sería el mayor depósito de ónix del mundo. El ónix es un nombre comercial ya que el verdadero es un tipo de sílice bandeada y recibe el nombre de onyx. Por ello algunos autores, entre ellos Héctor Lacreu, especialista en el tema, prefieren llamarlo ónice.

El ónix u ónice es esencialmente carbonato de calcio de las especies calcita y aragonita. Tiene distintos colores y tonalidades que van desde el blanco o crema, hasta el verde, rojo, naranja o azul. El color es el resultado de la presencia de cromóforos, elementos químicos con gran poder de teñir, entre los que se tiene el hierro, el cromo y el manganeso. El ónix está considerado como una piedra semipreciosa. Y en tal sentido se utiliza para la elaboración de las más diversas artesanías, como revestimiento en paredes, baños, escaleras, en masaiquería, y en la preparación de collares, pulseras, anillos y otros objetos de ornamentación.
El ónix se formó por la actividad de las aguas termales, sea en canales o conductos internos dentro de las rocas o bien cuando estas llegan a la superficie y se derraman para formar los travertinos. El carbonato de calcio se deposita sea formando capas macizas de calcita o en capas fibrosas de aragonita. En la Puna las capas de ónix tienen relación directa con el volcanismo que imperó en la región. Por su origen a partir de aguas carbonatadas se conocen también como calcáreos hidatogénicos. Es muy común que se los llame o se los agrupe dentro de los mármoles. Sin embargo estos últimos tienen un origen muy diferente y corresponden al metamorfismo de rocas calizas. El ónix de la Puna se explotó mayormente entre las décadas de 1930 y 1980. Los principales mineros del ónix salteño fueron Gavenda Hnos., Espinoza Hnos., la familia Cvitanic, José Nioi, Florencio Magno, Ramón Moya, entre otros. Por su tamaño se diferencian en bloques, bochones, bochines, escalla y escallines.
Salta llegó a ser la principal productora del país de estos materiales en especial el ónix de diferentes colores. Entre ellos se contaban el “verde Arita”, “verde Socompa”, “verde mundial”, “verde esmeralda”, “verde limón”, “cocodrilo”, “inca”, “rojo Tolar”, “rojo divino”, “rojo rubí”, “azul”, “azul Vaticano”, “azul cielo”, “caramelo”, “batata”, crema, blanco, naranja, entre otros. Si bien en la Puna se conocen unos 50 depósitos o manifestaciones importantes de ónix, los tres distritos principales eran el de Catua-Huaytiquina, Arita y León. El primero de ellos se encuentra en el límite Salta-Jujuy, en la vieja ruta al Paso Huaytiquina. Los principales depósitos se conocen como “Cantera Norma” y “Casa del Zorro”.
Las canteras Norma I y Norma II fueron famosas por su ónix “azul cielo”, único en  el mundo, que se vendió al mercado italiano y especialmente al Vaticano. El banco más rico de ónix azul superaba el medio metro. También tenía variedades de ónix cremas, blancos y verdes. Fueron explotadas por la Compañía Minera Gavenda que trasladaba el material a la estación ferroviaria Olacapato. Casa del Zorro tenía dos variedades principales de ónix que eran el “crema Casa del Zorro” y el “mármol San Martín”. Este último era muy apreciado por la variedad de tonalidades que presentaba y en donde se intercalaban capas de coloraciones amarrillo ocres, con otras pardas y rojizas hasta negras. Tal vez el distrito emblemático por sus volúmenes de ónix sea Arita, en el extremo sur del salar de Arizaro y cerca del icónico Cono de Arita, una de las siete maravillas paisajísticas de la Puna Argentina. Allí explotaba el material don José M. Cvitanic y más tarde Ana y Yosko Cvitanic.
El distrito de Arita estaba conformado por las canteras Arita y Franca y a cinco kilómetros de estas la cantera Brach. En Arita, se obtenía el ónix “verde Arita”, de color claro, y en sus comienzos, en la década de 1930, se pudieron extraer bloques de hasta 10 toneladas. La cantera Franca, de José Nioi, era explotada por Espinosa Hnos., y daba tanto las variedades “verde Arita”, como el “verde mundial” de color más oscuro. La cantera Brach, de la empresa Verde Ónix S.A., de San Luis, explotaba allí tres frentes denominados Frente María Rosa y Frente Caro donde se explotaba la variedad “Rojo Divino” y el Frente Rojo, donde se explotaba la variedad “Rojo Tolar”. Próximas a estas se encontraba la cantera Marito de Ramón H. Moya que también contenía la variedad “Rojo Tolar”.
Todo el material que explotaban las distintas empresas era embarcado en camiones hasta Tolar Grande y desde allí por ferrocarril hasta Salta. El distrito León, al sur del salar del Rincón, se caracterizaba por mantos de ónix del tipo “Inca” de coloraciones amarillentas blanquecinas y uno de color caramelo y transparente. Sobre la ruta 51 y en la localidad de Tocomar se encuentran grandes mantos de ónix blanco que se explotaron en la década de 1940. En Antuco, cerca de Olacapato, hay distintas variedades de ónix en la cantera Cayetana. Al oeste del salar de Hombre Muerto, en el Cordón del Gallego hay unos depósitos de un ónix naranja, único en su tipo, de la empresa Busch de Misiones. También hay depósitos importantes en la Puna de Jujuy en proximidades de Cusi Cusi y Susques y en Antofagasta de la Sierra en Catamarca.
Fuera de la Puna se tiene el “rojo Cachi”. El Puente del Diablo en La Poma, al frente de los Volcanes Gemelos, es un “Puente de ónix”, formado por ónix mayormente blanco con algunas intercalaciones verdes. Visité varias canteras de la Puna en actividad en 1980. Muchas de aquellas empresas ya no existen como tales pero dejaron su impronta en la historia minera del norte argentino. Actualmente Roberto Cruz e hijo, constituyen una empresa minera familiar salteña que se dedica a la explotación de ónix en el ámbito de la Puna Argentina.
Es muy común el uso del ónix por parte de los artesanos salteños. Las piezas ensambladas en ónix azul y rodocrosita son muy apreciadas y vendidas al mercado internacional. Alejandra Cardona es una talentosa artista salteña que trabaja una técnica única y personal de fusión de ónix inserto en vidrio. El ónix de la Puna presenta excelente calidad de brillo al corte y pulido lo que lo hace apreciado para la confección de piedras facetadas, cabujones, esferas de collares y otros artículos de joyería de uso personal. El ónix está. Son los artistas los que deben extraer en esculturas la belleza intrínseca que yace en ellos.

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