Dr Ricardo Alons0
En los últimos años la República Argentina siguió siendo el
escenario para el descubrimiento de nuevos dinosaurios, muchos de ellos raros y
hasta bizarros. Carnívoros feroces, remotos antepasados de otros linajes de
dinosaurios, novedosos dinosaurios emparentados con las aves que incluso caen
en una nueva clase de dinosaurios avianos, fueron algunos de los
descubrimientos que enriquecieron a la ciencia paleontológica mundial. Los
hallazgos se llevaron a cabo en Ischigualasto (San Juan) y en las provincias patagónicas
de Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz. La mayoría de los hallazgos o de
los estudios fueron llevados a cabo por los equipos de trabajo del Museo
Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires bajo la dirección del Dr.
Fernando Novas. A ello debe sumarse el trabajo de reconocidos investigadores
patagónicos como los doctores Coria, Calvo, Salgado, entre otros. Ischigualasto
es la cuna de los dinosaurios a escala mundial. Allí se encontraron remotos
antepasados de los dinosaurios, en capas del periodo Triásico, de 230 millones
de años de antigedad. Entre ellos merece citarse
el novedoso Panphagia protos, cuyo nombre hace referencia a sus hábitos alimenticios (“el que come
de todo”) y a su antigedad
por encontrarse en las raíces del linaje de los
sauropodomorphos. Fue encontrado en el Parque Nacional Ischigualasto en San
Juan, en los mismos estratos que el famoso Eoraptor y dado a conocer por R.
Martínez y O. Alcocer en 2009. Otro interesante dinosaurio de los viejos
ancestros triásicos es el Zupaysaurus rougieri o “dinosaurio diablo”. Descripto
originalmente por Arcucci y Coria en el 2003, fue reclasificado por Ezcurra y
Novas en 2006 como el primer terópodo coelophysoideo de América del Sur. En
2005, F. Novas, S. de Valais, P. Vickers-
Rich y T. Rich publicaron el hallazgo de un gigantesco
carcharondontosaurio en capas del Cretácico inferior (Aptiano) de la provincia
de Chubut al cual dieron el nombre de Tyrannotitan chubutensis, lo que viene a
significar el “titán tirano de Chubut”. Lo interesante es que este dinosaurio
sería un antepasado del famoso Giganotosaurus. Tyrannotitan estaba provisto de
fuertes mandíbulas y era solo un poco más pequeño que Giganotosaurus, por ahora
el mayor carnívoro del mundo. En 2006, L. Salgado, I.S. Carvalho y A.C. Garrido
dieron a conocer un nuevo dinosaurio saurópodo de La Formación La Amarga
(Cretácico Inferior), noroeste de Patagonia, Provincia de Neuquén al que
bautizaron como Zapalasaurus bonapartei, en homenaje a la localidad de Zapala y
al Dr. José Bonaparte. En 2007, J.O. Calvo, J.D. Porfiri, B.J. González-Riga y
A.W. Kellner dieron a conocer un nuevo dinosaurio saurópodo del Cretácico
(Coniaciano) de la provincia de Neuquén al que dieron el nombre de
Futalognkosaurus dukei, por "futa" que significa "gigante"
y "lognko" "jefe". Los restos de tres animales, un adulto y
dos juveniles, fueron encontrados en el Centro Paleontológico Barreales. El
futalognkosaurio perteneció al grupo de los titanosaurios y alcanzó una
longitud de 32 a 35 metros de largo y unos 15 m de alto, llegando a pesar más
de 80 toneladas. El equipo describió el hallazgo fósil como "el dinosaurio
gigante más completo conocido hasta ahora". El futalognkosaurio pertenece
a la familia de los Saltasauridae que hace referencia al Saltasaurus
(dinosaurio descubierto en Salta). En 2007, J.O. Calvo, B.J. González Riga y
J.D. Porfiri, dieron a conocer un nuevo saurópodo del grupo de los
titanosaurios del Cretácico tardío de Neuquén al que bautizaron como
Muyelensaurus pecheni. Se encontraron restos de varios ejemplares y su
característica es que eran animales más esbeltos. Tenían unos 10 m de largo y
pesaban unas 8 a 10 toneladas. También en 2007, G. Casal, R.D. Martinez, M.
Luna, J.C. Sciutto y M.C. Lamanna, informaron del hallazgo de una nueva especie
del titanosaurio Aeolosaurus al que denominaron Aeolosaurus colhuehuapensis.
Este titanosaurio es uno de los últimos que habitaron antes de la extinción y
pertenece a la familia de los saltasaurios. Fue encontrado en la ribera del Lago
Colhué Huapi, en la provincia del Chubut, y comprende una serie de veintiuna
vértebras caudales. Este animal habría alcanzado los 12 m de largo y 16 t de
peso, habiendo estado su cráneo elevado a unos 6 m de altura sobre el suelo. Se
conocen sus huevos fósiles que eran esféricos y tenían un diámetro de 17
centímetros. En 2007, J. Calvo, J. Porfiri y F. Novas descubrieron un nuevo
ornitópodo en capas del Cretácico tardío de la provincia de Neuquén al que
dieron el nombre de Macrogryphosaurus gondwanicus. Este cuadrúpedo herbívoro es
de los más grandes de su grupo con una longitud de 7 m y unos 800 kg de peso.
En 2008 F. Novas, M. Ezcurra y A. Lecuona describieron un gran dinosaurio
carnívoro encontrado en capas del Cretácico superior final cerca del Lago Viedma
en la provincia de Santa Cruz. Le dieron el nombre de Orkoraptor burkei. Este
terópodo, con un tamaño de siete metros, no sólo representa uno de los
hallazgos más australes del país, sino que además pertenece a una rama hasta
ahora desconocida de grandes carnívoros tetanúridos. En 2009, Fernando E. Novas
y un equipo de paleontólogos integrado por D. Pol, J. Canale, J. Porfiri y J.
Calvo, dieron a conocer el hallazgo de un dinosaurio terópodo, al que
calificaron de bizarro, perteneciente al grupo de los dromaeosauridos. Estos
carnívoros cazadores tenían brazos cortos, vivieron al final del Cretácico y
son los más jóvenes de los encontrados en Gondwana. Le dieron el nombre de
Austroraptor cabazai y fue descubierto en la provincia de Río Negro. Su tamaño es
de los más grandes conocidos alcanzando los 5 metros. De esas mismas capas
geológicas proviene también el abelisaúrido Quilmesaurus curriei. En 2012, F.
Agnolin, J. Powell, F. Novas y M. Kundrát dieron a conocer un nuevo
alvarezsaurido al que denominaron Bonapartenykus ultimus, en homenaje al
paleontólogo Dr. José Bonaparte. Los restos se encontraron en la provincia de
Río Negro y estaban asociados con huevos fósiles. Estos dinosaurios terópodos
se caracterizaban por presentar miembros delanteros con forma de un ala y
terminados en una garra hipertrofiada. En 2007, A. Martinelli y E. Vera, dieron
a conocer otro alvarezsaurido al que llamaron Achillesaurus manazzonei,
procedente de capas del Cretácico superior de la provincia de Río Negro.
Finalmente en 2012, F. Novas, M. Ezcurra, F. Agnolin, D. Pol y R. Ortíz, dieron
a conocer el hallazgo de un nuevo terópodo celurosaurio al que dieron el nombre
de Bicentenaria argentina. Se encontraron un centenar de huesos
correspondientes a varios individuos que sufrieron una mortandad masiva. Se
calcula que estos eran gregarios y cazaban en grupo. Su tamaño era de unos 3 m
y solo 40 kg de peso, lo que da idea de lo gráciles y hábiles para el ataque.
Los restos provienen de capas del Cretácico superior de la provincia de Neuquén.
Otro dato de interés es el hermanamiento de Bicentenaria con el dinosaurio
chino Tugulusaurus, representando ambos a viejos celurosaurios. La lista de
descubrimientos de los últimos años es verdaderamente impresionante y pone a la
Argentina como una de las mecas internacionales para los hallazgos de la
mayoría de los linajes de dinosaurios y aves del viejo supercontinente de
Gondwana; y a los paleontólogos argentinos, entre ellos los que se mencionaron
en esta nota, junto a los más reconocidos profesionales especialistas en
dinosaurios a escala mundial. La fertilidad y riqueza de las capas geológicas
portadoras de restos de dinosaurios del país, que contienen huesos, dientes,
huevos, pisadas, impresiones de piel y otras evidencias del registro fósil,
permiten vislumbrar todavía nuevos y espectaculares hallazgos de estos animales
que dominaron ampliamente todos los ambientes y ecosistemas terrestres durante
el Mesozoico.
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