jueves, 27 de octubre de 2011

Los conquistadores y el oro del Valle Calchaqui

El Tribuno, Salta, Lunes, 24 de Octubre de 2011

Los conquistadores y el oro del Valle Calchaquí

Ricardo N. Alonso
Doctor en Ciencias Geológicas (UNSa-CONICET)


Los mineros que descubrieron, exploraron o explotaron minas en el norte argentino se remontan a los primeros años de la conquista y colonización del territorio. Juan Núñez de Prado, quien fundó en 1550 la primera ciudad de Barco, en donde hoy se encuentra Tucumán, era “Alcalde de Minas” en Potosí y fue enviado por don Pedro de La Gasca, a la sazón “Pacificador del Perú”, a raíz de un informe de los oidores Pedro de Hinojosa y Polo de Ondegardo de la Real Audiencia de Charcas, el cual sostenía que: “Delante de los Charcas hay una provincia que se dice Tucumán, donde hay copia de naturales y gruesas minas de oro, y que se cree las habrá de plata”. Queda claro aquí que el móvil fundacional de los españoles en el norte argentino fue de carácter minero. Lo que sigue es una síntesis de un texto en extenso de mi libro: “Alonso, R.N., 2010. Historia de la Minería de Salta y Jujuy, siglos XV a XX. Mundo Gráfico Salta Editorial, Ediciones del Bicentenario, ISBN 978-987-1618-19-4, 332 p. Salta”. Se abarca el periodo entre 1550 y 1685.



El Valle Calchaquí era conocido desde los tiempos de la conquista como rico en minas. En la Probanza de Méritos de Francisco de Aguirre de 1556, Blas Rosales, en la séptima pregunta que se le hizo, declaró que “este testigo se halló presente al despoblar la dicha ciudad que estaba en Tucumán y a poblarla en el Valle de Calchaquí y vio como venían en paz y servían muchos caciques e indios y vio ir algunas veces muchas personas a buscar minas de oro en el Valle de Calchaquí por mandato del dicho capitán Juan Núñez de Prado fue en demanda de las dichas minas…las cuales dichas minas se hallaron todas las veces que las fueron a buscar y este testigo tuvo en sus manos parte del oro que se halló en las dichas minas”.

El licenciado Juan de Matienzo, Oidor de Charcas, escribió una carta al rey, fechada en La Plata (Charcas) el 2 de enero de 1566, la cual contiene importante información sobre caminos, lugares, pueblos y distancias en el norte argentino. Entre otros conceptos, señala: “Lo que de esta tierra se puede llevar a España, es oro, que hay mucho”. Matienzo insistió en otro escrito fechado el 4 de enero de 1579, acerca de la conveniencia de fundar un puerto en el Paraná, convencido que las “minas del Inga” estaban en la región de Salta, para poder dar salida a estas riquezas.

Resulta importante destacar que en la votación realizada en 1581 por los cabildantes de Santiago del Estero sobre donde debía fundarse la ciudad que había ordenado el Virrey Toledo, el Valle de Lerma le ganó por un voto al Valle Calchaquí (14 a 13). Entre las numerosas razones expuestas a favor de una u otra ubicación, figuraba que en el Valle Calchaquí había abundancia de minas de oro, plata, turquesas y alumbre. Entre los testimonios de los cabildantes de 1581 antes mencionados y que dan fe de las minas de oro por haberlas visto, se tiene a Gonzalo Sánchez Garzón, García Sánchez, Blas Ponce y Juan de Morales, quién declara “que vio en el dicho valle (Calchaquí) oro que decían ser de las minas de Pasina”. En 1583, Pedro Sotelo de Narváez se dirige al señor Licenciado Cepeda, presidente de la Real Audiencia de La Plata (Charcas) y entre conceptos expresa: “hay oro y plata en el valle (Calchaquí) y sírvense los indios de ello”. Luego: “Por estos indios y pueblos de Esteco se tiene noticias, y visto por los Españoles, de otro río muy caudaloso en extremo. Ribera del cual se ha visto mucha población de gente vestida y se tiene noticias de indios vestidos Ingas que se sirven de oro y plata. Esta gente tiene cerca de sí cordilleras y tierra poblada, donde hay oro”.

Asimismo, se cuenta con un extracto de la carta del gobernador de Tucumán, don Felipe de Albornoz, enviada al rey sobre su campaña de Calchaquí, donde finaliza diciendo: “que cada día se irán descubriendo, sin las que hay de minas de plata y oro, por ser las cordilleras del dicho valle contiguas con las de las minas de los Chichas, y Santa Isabel, y ser tradición y pública fama que a los españoles que allí poblaron la primera vez les pagaban sus indios su tasa en cañutos de oro…”.

También se menciona a Juan Ramírez de Velazco como uno de los conquistadores españoles en descubrir minas de plata en el Valle Calchaquí en 1590. Siendo Ramírez de Velazco gobernador del Tucumán entre 1586 y 1593, se cuenta con la curiosa relación que hizo en Santiago del Estero, el escribano mayor don Alonso Tula Cervín, quién comentaba lo siguiente: “He oído decir al capitán Blas Ponce…que al tiempo que pasó el adelantado Diego de Almagro al reino de Chile y conquista de él por este Londres, llevaban quinientos soldados y más de 2 y 3 mil indios de servicio. Estos ingas enviaban una parte del tributo a su Señor el Inga en 90 andas, que llaman acá “anganillas” y cada anganilla era llevada en hombros por 20 ó 30 indios y para remuda llevaban cuatro tantos indios y para hacer su guarda, y en cada anda de estas iban de justo 90.000 pesos de oro fino de 22 quilates, en tejuelos, y cada tejuelo pesaba 62 pesos de oro e iba marcado con la marca del Inga”.

Por su parte, en 1650, el gobernador del Tucumán don Francisco Gil de Negrete, tenía el proyecto de explotar las minas del Valle Calchaquí, que no llegó a realizar debido a su muerte. Esto fue logrado por su sucesor en 1655, el gobernador Alonso Mercado y Villacorta, quién según la crónica histórica del coloniaje, consiguió “labrar y explotar los minerales del Alcay (Acay), con grandes dificultades, por la resistencia que oponían los Calchaquíes”.

Un documento valioso para la historia minera de Salta, por su antigüedad, es la solicitud de la mina “San Francisco de Asís”, en el cerro Acay, solicitada por el minero Juan de Rojas al gobernador y capitán general de la provincia de Salta, Sr. D. Fernando de Mendoza Mate de Luna el 28 de febrero de 1685. El análisis del documento nos enseña que para 1685 ya funcionaba en Salta un “Archivo y Registro de Minas”, que éste estaba a cargo de un Juez competente en la figura de un “Alcalde Mayor de Minas”, que se cumplía con las “Reales Ordenanzas de Minería”, que eran el marco legal de la actividad, se pagaban los quintos reales al rey de España en concepto de regalía, y que había españoles dedicados a la profesión minera, como es el caso de Juan de Rojas.

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