domingo, 31 de julio de 2011

REFLEXIONES SOBRE EL CLIMA GLOBAL Y LA POLITICA AMBIENTAL

Análisis

Reflexiones sobre el clima global y la política ambiental
Puntaje (0 votos): 0.0Tu Puntaje: No rating set 1 2 3 4 5 Por RICARDO N. ALONSO, doctor en Ciencias Geológicas (UNSa-Conicet)

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Lunes 29 de Noviembre de 2010 Opinión



El orbe está lleno de patrañas, esto es mentiras o noticias fabulosas de pura invención. En el invierno de 2009, una pandemia nos iba a llevar a todos al cementerio a causa de la gripe A. Pasó un nuevo invierno y parece que la gripe se evaporó. Recordemos que se hablaba precisamente de pandemia y ésta es una enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región. Unos años antes había sido la gripe aviar y llegó a tal punto la psicosis que no había pájaro que no estuviera sospechado de portación virósica. Las palomas fueron algunas de las que pagaron el costo. Y así seguimos con hecatombes apocalípticas que nunca se cumplen: profecías mayas, profecías de Nostradamus o de otros vaticinadores y adivinos que dan por hecho el fin del mundo (como en el 1000, que no lo vivimos; o como en el 2000, que sí lo vivimos; y ahora el ¡katún maya de 2012!), pestes, cometas o meteoritos con ganas de desviarse de su órbita y apuntar a la Tierra y un sinfín de historietas parecidas. Fabulaciones de ovnis y trigales salteños pisoteados, apariciones religiosas, visitas extraterrestres, etcétera. Otra gran patraña es el clima y sus cambios antrópicos. Los meteorólogos saben cómo funciona el clima en el planeta y, al menos desde hace un siglo y medio, están usando instrumentos para cualificar y cuantificar los parámetros naturales de la atmósfera en su relación con la Tierra y el Sol. Los geólogos, por su parte, y yo entre ellos, nos dedicamos a desenterrar pruebas contenidas en los estratos sedimentarios para, a través de fósiles o isótopos químicos, saber cómo eran los climas y los ambientes en el pasado. Sorprende que de un tiempo a esta parte haya comenzado una politización del clima buscando demostrar que todos los cambios habidos y por haber tienen un sólo culpable: el Hombre. Primero se comenzó a hablar de “global warming” (calentamiento global) y luego se cambió el discurso por “global change” (cambio global). Ni el uno, ni el otro. Todas son estrategias que tienen que ver con el marketing político, con los grandes intereses económicos, con los negocios verdes y otras cuestiones que sí son de los hombres, pero que poco tienen que ver con el clima. Es cierto que el hombre, ambientalmente hablando, es un sucio. Basta con ver los ríos llenos de basura de la India, Indonesia o nuestro Riachuelo de Buenos Aires, para comprobarlo. Hay ciudades que son un verdadero chiquero. Los basurales a cielo abierto de países no desarrollados son una enorme fuente de contaminación. Millones de chimeneas, turbinas de aviones y escapes de autos ensucian el aire. Estamos quemando en un par de siglos el carbón y el petróleo que tardaron millones de años en formarse. Todo esto es cierto y está a la vista: es comprobable. Pero veamos ahora al globo terráqueo en su conjunto. El planeta está compuesto de tres cuartas partes de agua y una cuarta parte de tierras. O sea que un 75% de nuestro mundo son mares y océanos. Sólo un 25% corresponde a tierras. En los océanos, prácticamente no hay nada que contamine. Las tierras tienen grandes ciudades concentradas en lugares específicos, son los casos de Europa, Estados Unidos, China, India y el sudeste asiático, y el resto, América del Sur, Africa, Antártida, Australia, Oceanía y gran parte de Asia, está casi vacío. Es decir que las grandes emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera son bastante localizadas.

La naturaleza, más peligrosa


La actividad volcánica es miles de veces más dramática que toda la actividad humana. Ya Benjamín Franklin, pensador, filósofo, científico y presidente norteamericano, se había dado cuenta en el siglo XIX de la importancia de la actividad volcánica para generar un enfriamiento planetario. Esto se comprobó durante las erupciones del Chichón en México en la década de 1980 y con el Pinatubo en Filipinas en la década de 1990. Mucho antes había ocurrido con la erupción del volcán Huaynaputina en Moquegua (Perú), que estalló en 1600, voló los mil metros superiores de su cono y generó una erupción pliniana de cenizas que se elevó entre 25 y 40 km de altura y dio la vuelta al mundo. El enfriamiento quedó demostrado en los anillos de los árboles de Europa, que prueban que 1601 fue el más frío de los últimos 600 años. Fue tal el nivel de stress en el crecimiento de los árboles, que las maderas asociadas a los años que siguieron fueron las que permitieron la fabricación de los violines Stradivarius, de una acústica imposible de igualar.
Imaginemos la enorme cantidad de gases de azufre y carbono que inyectó a la atmósfera este volcán y los miles que entraron en actividad antes y después del Huaynaputina, como Vesubio, Krakatoa, Timboro, Mauna Loa y tantos otros. Las emisiones de gases durante la erupción de los basaltos de la meseta de Deccan, en la India, pudo ser una de las causas de masivas extinciones de vida en el Mesozoico, entre ellas los dinosaurios. Y, sin embargo, las erupciones pasan, la atmósfera se reacomoda de nuevo y todo sigue andando. Ahora bien, qué son las emisiones humanas comparadas con las de un volcán: nada. Los fenómenos naturales terrestres y los fenómenos solares perturban dinámicamente la atmósfera y ésta se acomoda intercambiando activamente con las otras esferas: hidrosfera, biosfera, criosfera, litosfera.
El dióxido de carbono, ese que quemamos en nuestros automóviles cuando entra en combustión la nafta (a su vez, un derivado de un hidrocarburo fósil), tiene mecanismos de retorno a tierra a través de los llamados sumideros de carbono. Todo lo verde vegetal es un sumidero de carbono, al igual que los arrecifes coralinos, los mares periantárticos, la precipitación de calizas marinas y continentales, los suelos carbonáticos, etcétera. En los últimos mil años el mundo pasó por causas naturales -no antrópicas- a través de un “periodo cálido medieval” y por una “pequeña edad de hielo”, esta última entre 1550 y 1850, mucho antes de que el hombre comenzara a quemar hidrocarburos masivamente o a desarrollar su industria, agricultura, minería y ganadería extensivas. El planeta está más allá del hombre y de sus circunstancias. Más allá de Kioto y de Copenhague. Más allá de los vergonzosos científicos ingleses que falsearon los datos climáticos para demostrar el calentamiento global, con la complicidad de la revista Nature, y de todas las organizaciones ambientalistas metidas en el medio. Para más datos, hace ya 4.560 millones de años que la Tierra está recibiendo cachetazos cósmicos y, sin embargo, la vida, desde que apareció hace 3.900 millones de años, nunca desapareció completamente a pesar de las grandes catástrofes bióticas. Y el hombre tampoco podrá hacerlo, por mucho que se esfuerce.



El calentamiento global y el cambio global son estrategias que tienen que ver con grandes intereses económicos.



La actividad volcánica es miles de veces más dramática e impacta en el clima más que toda la actividad humana.

Los antiguos mineros

 
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historia de la geologia de america latina

 
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Otro libro de autoria del dr. Ricardo N. Alonso

tapas de ultimo libro del dr Alonso

 
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quebradas, rios y valles en la morfologia del norte argentino

Panorama Científico

Quebradas, ríos y valles en la morfología del norte argentino
Puntaje (0 votos): 0.0Tu Puntaje: No rating set 1 2 3 4 5 Por RICARDO N. ALONSO, Doctor en Ciencias Geológicas


Lunes 22 de Noviembre de 2010 Opinión



Una de las preguntas habituales de los montañistas y los guías de turismo es qué se entiende por quebrada. Y, en el mejor de los casos, qué diferencias existen entre una quebrada y un valle. Y también cuál es la diferencia entre una quebrada que lleva el nombre del río que circula por ella y otra en la que esto no ocurre.

Las preguntas se multiplican en todas direcciones relativas al origen y evolución de esos rasgos erosivos; al tipo de rocas que las sostienen; al clima que actúa sobre ellas; a los sucesivos climas que intervinieron en su formación, tanto en el pasado histórico, como prehistórico o geológico; a la estructura tectónica de las rocas que atraviesan; y así, sucesivamente.

Lo primero que hay que advertir es que no existe una definición clara y concreta sobre qué es una quebrada. El diccionario de la Real Academia Española precisa que es un “paso estrecho entre montañas” o una “hendidura de una montaña” y, recién en su acepción número 13, aclara que es un americanismo empleado para nombrar un “arroyo o riachuelo que corre por una quiebra”.

En el Diccionario de Regionalismos de Salta, José Vicente Solá describe al quebradeño como al habitante de la quebrada, pero nada dice de la definición de ésta. Tampoco hay precisiones en escritos de Fernando Figueroa, Andrés Fidalgo, Lafone Quevedo ni Atilio Cornejo.

Sí encontramos una definición y formas de uso en la literatura regional, en el voluminoso diccionario de Osan de Pérez Sáez y Pérez Sáez. En él, los autores dicen que es una “hendidura prolongada entre montes, especialmente el lecho de un río o torrente, o el arroyo que corre por ella”.

A falta de una definición técnica explicamos aquí que una quebrada es una geoforma o rasgo erosivo del relieve que comprende un valle relativamente estrecho y profundo, recorrido por un curso fluvial, con el piso cubierto por sedimentos de diferentes granulometrías (gravas, arenas, limos, arcillas), generalmente con una fuerte pendiente entre los dos extremos, que profundiza o atraviesa una montaña (o cadena de montañas), pudiendo o no coincidir con una falla, un conjunto de fallas o un lineamiento de la corteza terrestre. En el NOA lo usamos en forma generalizada para cualquier curso, arroyo o río, sea cual fuere su tamaño, más allá de las que son íconos geográficos como las de Humahuaca, Escoipe, Toro o Las Conchas.

Gran parte de la economía del NOA se desarrolla en valles y quebradas. De acuerdo con su orientación, las quebradas pueden cortar transversalmente un cordón montañoso o correr encajonadas entre dos cordones montañosos. Su tamaño varía desde algunos centenares de metros hasta decenas de kilómetros. La Quebrada de Humahuaca, por ejemplo, corre en sentido norte a sur, encajonada entre grandes bloques montañosos (Sierra Alta-Del Mal Paso, al oeste, y Sierras de Tilcara-Horconal al este), surcada por el río Grande de Jujuy, que tiene anchos variables y que recibe otras quebradas laterales de distintos tamaños y profundidades (ríos Guerrero, Yala, León, Purmamarca, Huichaira, Jueya, Yacoraite, etc.).

Las quebradas se desarrollan en rocas de cualquier litología, sean estás ígneas, sedimentarias o metamórficas, aunque, en general, están asociadas a fracturas o fallas que han debilitado a dichas rocas. Los cauces de las quebradas pueden estar secos gran parte del año o tener agua en forma permanente. En el norte argentino, el flujo de los ríos es de dirección variable.

Si bien la mayoría corre hacia el sur (Luracatao, Calchaquí, Grande de Jujuy) y están alimentados por otros transversales a ellos con dirección oeste-este, o viceversa, también se dan casos de ríos que fluyen de sur a norte como el río Santa María, la Quebrada de las Arcas y el Río de las Conchas.

El otro término de amplio uso es valle y en el caso del norte argentino se corresponden con fosas tectónicas en compresión, por cuyo fondo plano y generalmente fértil corren ríos que cruzan los bloques de montañas a través de quebradas y que, finalmente, conectan a un valle con el otro.

Un perfil transversal en Salta nos muestra el Valle Calchaquí, surcado por el río homónimo, que se une al río Santa María para formar ambos el Río de las Conchas, que atraviesa la quebrada homónima (mal llamada de Cafayate), para atravesar el Valle de Lerma como río Guachipas. Este se une al río Arenales para formar el Juramento y así atravesar el cañón homónimo hacia el este, hasta alcanzar el Valle de Siancas y, finalmente, atravesar las estibaciones australes de las Sierras Subandinas para internarse en la llanura chaqueña. Desde el este hacia el oeste, los valles son cada vez más anchos. Así, el Valle de Luracatao es más estrecho que el Valle Calchaquí, que a su vez es más estrecho que el Valle de Lerma, y éste, a su vez, es más estrecho que el Valle de Siancas.

Dicho de otra manera, desde el borde de la Puna hacia el oriente los valles son cada vez más anchos, hasta alcanzar la amplia planicie sedimentaria del Chaco salteño. Con respecto a las toponimias, generalmente las quebradas reciben la denominación del río que corre por ellas (Calchaquí, Toro, Escoipe, Capillas, Las Arcas, etc.). La excepción la encontramos en el río Grande de Jujuy, que corre por la Quebrada de Humahuaca. Es interesante resaltar que en algunos casos existe un fuerte control tectónico o de composición de las rocas (litológico) o ambos. Por ejemplo la Quebrada del Toro, que contiene al río homónimo, circula en gran parte asociada al lineamiento tectónico llamado de Calama-Olacapato-Toro. En su último tramo, entre Ingeniero Mauri y Campo Quijano, corre profunda y estrechamente encajonada en las rocas precámbricas marinas de lajas grises de la Formación Puncoviscana. Mientras que aguas arriba de Ingeniero Mauri, lo hace sobre rocas blandas de gravas jóvenes de edad terciaria, menos consolidadas, con lo cual la quebrada se abre y se hace más ancha y menos profunda.

El río Grande de Jujuy, que corre por la emblemática Quebrada de Humahuaca, de grande sólo tiene el nombre, ya que se trata de un curso anastomosado de poco caudal.

Esa fue la razón de que ya el famoso viajero inglés Joseph Andrews, en su paso por el norte argentino camino a Potosí, en 1826, se preguntara por su origen y llegara a la conclusión de que no podría haberse formado de otra manera que no fuese como un gigantesco canal por el cual se vaciaron las aguas del ¡Diluvio Universal!

Más allá de lo anecdótico y las definiciones, quebradas, ríos y valles constituyen elementos vitales del relieve por su gran valor paisajístico, biológico, económico, histórico, geológico, hídrico y turístico, dentro de la fisiografía del norte argentino.



Las quebradas se desarrollan en rocas de cualquier litología, sean estás ígneas, sedimentarias o metamórficas.


El río Grande de Jujuy, que corre por la emblemática Quebrada de Humahuaca, de grande sólo tiene el nombre.


Una de las preguntas habituales de los montañistas y los guías de turismo es qué se entiende por quebrada.

Antonio Casado Alonso, un gran periodista

ANTONIO CASADO
ZAMORANOS EN MADRID.
LA OPINION - El correo de Zamora - Opinión
Eloy Prada. Jueves, 26 de mayo de 2002

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En la década de los ochenta, cuando Daniel Jambrina ocupaba la presidencia de la Casa de Zamora en Madrid tuvo la feliz idea de celebrar en el salón Viriato unos almuerzos de carácter gremial, en los que se reunían unas veces los sacerdotes y ex-seminaristas, otras los periodistas y otras los militares, todos zamoranos, que llenaban de entusiasmo estas deliciosas comidas, magníficamente servidas por Dionisio Peláez Silva, que era en aquel tiempo el encargado del bar-restaurante en la entidad zamorana. Pues bien, en esas comidas de periodistas a las que asistí en diversas ocasiones conocí y traté a nuestro protagonista de hoy con el que sigo conservando una vieja amistad.
Antonio Casado Alonso nació en el pueblo zamorano de Ayoó de Vidriales, en la falda sur del Teleno, nicho medieval del movimiento monástico berciano y comarca que ha dado al mundo ilustres personajes en campos muy variados, algunos de los cuales han desfilado ya por estas páginas amicales.
Su infancia está repartida entre Medina del Campo, donde vivió hasta la edad de nueve años, y Ayoó, de donde recuerda a don Gabriel, un Maestro con el que, ciertamente, tuvo pocos contactos, ya que los cursos los hacía en Medina hasta que se trasladó a Zamora para cursar sus estudios de Bachillerato en el Instituto "Claudio Moyano" en el que -según declara el propio interesado- no fue buen estudiante hasta que tuvo como profesor particular a don José Galera quien, con procedimientos modernos en pedagogía, le enseñó a estudiar y, por tanto, a ser más aplicado, hasta el punto de no tener en adelante ningún suspenso.
Más tarde y en la Normal zamorana estudió Magisterio, ejerciendo su actividad solamente en el pueblo de Cional, en la Carballeda, de donde guarda muy gratos recuerdos. En 1964 se trasladó a Madrid donde estudió un curso de Filosofía, para ingresar enseguida en la Escuela de Periodismo de la Iglesia en la que hizo su carrera entre 1964 y 1968.
Se especializó en información política nacional y en sus comienzos laboró en el diario "Pueblo". Ha sido director de la revista juvenil "Trinca"; Redactor Jefe de la revista "Jaula" que dirigía Emilio Romero; Director informativo de tarde en Radio Nacional de España; Director de "España a las ocho" y Director-creador de la tertulia "Escrito en el aire" ambos espacios de Radio Nacional de España, de la que, asimismo, fue corresponsal diplomático. Ha sido también Redactor-Jefe y corresponsal político del semanario "Tiempo".
En la actualidad es contertulio en "La mañana" y "La linterna" de la COPE; y en "La mirada crítica" y "Día a día" de Tele-5; es columnista de O. T. R. (periódicos regionales), columnista de la revista "Epoca" y Director de "elconfidencial.com".
Ha publicado en 1995 el libro titulado "Detrás de Aznar" y confiesa que aunque varios editores le han propuesto que escriba otros libros de política no lo hará por el respeto que siente por estas publicaciones. Ahora -añade- «me persigue Imelda Navajo, de "La Esfera", para que escriba un libro sobre los últimos diez años de la Casa Real, los de Almansa, incluyendo, claro, todo el culebrón del Príncipe con Eva Sannum. No sé como escapar a las llamadas de la editora, pero finalmente me negaré. Es un tema demasiado delicado como para hacer un libro de consumo rápido. Me negaré, seguro».
Está absolutamente volcado en la información política, en los últimos años en el campo de opinión. Se le atribuye un perfil socialista, pero en general se le reconoce moderación y falta de sectarismo. Lo asume Antonio Casado que dice "tener un acusado sentido de lo que es el Estado y soy de los que apuntan a la política de firmeza de Mayor Oreja. En todo lo que es más opinable, me alientan los valores clásicos de la izquierda y el humanismo cristiano". Se siente muy español y encaja ese sentimiento en un credo laico y civilista que defiende por encima de todo la norma, la ley y el Estado de Derecho, como antídoto de la arbitrariedad. Sus placeres reales son el reencuentro con las gentes de Ayoó de Vidriales y la práctica del fútbol que es, digamos, su afición favorita.
Le gustaría que su firma apareciese en la prensa de Zamora, máxime cuando sus primeros pinitos en este campo los hizo en el diario "Imperio" con Sixto Robles Farizo como Director "y Maestro". Es este uno de los motivos de una cierta desafección por Zamora "en la que de adolescente descubrí un cierto clasicismo que se expresaba en torno a unas cuantas familias con idéntico punto de encuentro. Nunca he logrado desprenderme de esa reserva mental eso, probablemente, esté en el origen de mi mayor identificación con Vidriales que con la capital".
"Tengo que hacer una salvedad -precisa el entrevistado- a favor de mi amigo Antonio Vázquez, compañero de Instituto y en la Escuela de Magisterio, que hace unos años me invitó a pronunciar el Pregón de las fiestas de San Pedro. El Pregón lo centré, naturalmente, en el Motín de la Trucha".
Así es, y así se lo hemos presentado, el notable periodista zamorano Antonio Casado (voz muy conocida y apreciada en las antenas matritenses) con quien hablé de futuras reuniones en la Casa de Zamora, que el aceptó complacido, como aquellos simpáticos almuerzos de hace ya varios años que fueron causa de un mejor conocimiento y una mayor amistad con personalidades de auténtica valía nacidas en nuestra común y querida patria chica.

dedicada en memoria de don Antonio Casado Cortes, un inspirador de esta libreria

Alonso, R.N., 1996. “Historia de un peregrino”, El Tribuno, 22 1 96, pp. 20 21. Salta


HISTORIA DE UN PEREGRINO

Ricardo N. Alonso

Con todos los blasones para ingresar en el afamado libro Guinness de los récords, el peregrino de Santiago Apóstol, don Antonio Casado Cortés, se encuentra pronto a cumplir 90 años de una vida pletórica de vivencias. Veterano de la Guerra Civil española, periodista y además padre y suegro de dos de los más encumbrados periodistas de la España contemporánea, accedió a una larga y exclusiva entrevista en su casa zamorana a orillas del río Duero. Es un hombre sabio y bondadoso que a pesar de su avanzada edad camina con prisa y sin pausa, contando aceleradamente la historia de esa su Zamora que lo vio nacer a principios de este siglo. Me señala la ermita del siglo XI donde el Cid Campeador veló las armas y también la Puerta de la Traición en la muralla de roca arenisca que defiende la vieja ciudad, el bosque donde mataron al rey Don Sancho, y la fuente donde se peinaba doña Urraca. Cuenta la historia con pasión y conocimiento: sabe de lo que habla.

Datos para una biografía

Antonio Casado Cortés, natural de Ayoó de Vidriales una otrora villa de los Romanos, nació el 17 de julio de 1906. Zamorano, como ese extraordinario poeta que fuera León Felipe, nacido no muy lejos de allí, en Tábara. Y también zamorano como aquellos osados conquistadores Diego de Losada el fundador de Caracas; Diego de Ordaz el explorador del Orinoco; y Alonso de Ojeda el fundador de Maracaibo. La sangre le corre con jovialidad torrentosa. Me cuenta que siendo joven estuvo en la Argentina, más precisamente en Buenos Aires. Llegó con toda la fascinación del inmigrante, pero no soportó la chatura de un encumbrado doctor que lo contrató para servicios domésticos pésimamente pagos en un palacete de la "belle epoque". Había mucha diferencia económica a ambos lados del Atlántico y algunos (no todos) los trataban como a verdaderos esclavos. Valió más la pobreza con honor y volvió a España donde al poco lo sorprendió la Guerra Civil. Católico ferviente se alistó como primer voluntario de su pueblo en el bando nacional y marchó al frente de combate, llevando dentro de él el espíritu de los cruzados. Estuvo en las más importantes batallas que se libraron en esa contienda intestina y fratricida que dejó un saldo de un millón de muertos. Fue uno de los héroes supervivientes de la cruenta batalla de Teruel, recordada como una de las más sangrientas de cuantas se libraron. Le pido que me cuente una anécdota, algo sorprendente, y entonces recuerda cuando cargado con una bolsa de granadas estaba cruzando desde una trinchera a otra y una bala disparada por un fusil "rojo" atraviesa la bolsa sin tocar a ninguno de los peligrosos explosivos. Me dice que es un milagro y solo atino a decirle que me parece una casualidad, pero no estamos reunidos para discutir cuestiones metafísicas y continuamos el diálogo. De su paso por Argentina recuerda el voseo. Mira vos, me dice: cuando terminó la guerra había mucha hambre en España. Habíamos ganado pero empezamos a preocuparnos con el injusto bloqueo que nos hicieron la mayoría de las naciones. Algunos grafitis rezaban "Menos Franco y más pan blanco". Fue entonces cuando la Argentina nos ayudó y en especial (se le llenan los ojos de lágrimas). Cuenta que su esposa atesora con orgullo haber estado a pocos metros de la mítica esposa de cuando esta visitó España. Más tarde hizo periodismo en el diario "Correo de Zamora" y tal vez esto despertó la vocación de uno de sus hijos (tiene dos, una es maestra) que lleva su mismo nombre y es hoy uno de los destacados hombres de prensa españoles, quién además está casado con la renombrada periodista, escritora y comentarista de televisión Carmen Rigalt.

Peregrino a Santiago

Pero la faceta que resulta sorprendente en don Antonio es su historial como peregrino en los años de jubileo compostelanos. Es así como a partir de 1965 no ha dejado de realizar el viaje a Santiago de Compostela, cada seis años hasta 1988, siempre a pie y con una cruz de madera cargada a la espalda. Lo volvió a repetir en 1994, pero esta vez en vehículo dada su avanzada edad. Esto le ha llevado a acumular la friolera de más de 3.000 km caminados en la amplia geografía española a lo largo de unas ochenta jornadas. Este es un récord absoluto para un peregrino del camino de Santiago y para cualquier otro peregrino de los tiempos modernos, lo cual está ampliamente documentado y será sometido al libro Guinness. Sus viajes comenzaron en 1965, cuando unió Zamora con Santiago en nueve días recorriendo 392 km; luego en 1971, cuando unió Zaragoza con Santiago en 26 días recorriendo 875 km; más tarde en 1976 cuando partió desde Madrid recorriendo 660 km en 19 días; una vez más en 1982 cuando partió desde Fátima en Portugal, arribando a Santiago 15 días después luego de un recorrido de 15 días; y finalmente, en 1988 a los 81 años de edad cuando en 20 días cubrió 600 km entre Bilbao y Santiago. Es de remarcar que todos estos viajes fueron rigurosamente a pié, en el más crudo invierno, con la cruz a cuestas y sin otra ayuda que un bastón al estilo del bordón de los antiguos peregrinos. El frío peninsular que cala los huesos y el cruce solitario de noche por los bosques donde ronda el lobo, son sólo algunas de las peripecias a que debió someterse el caminante de la Fe. Es que don Antonio pertenece a la España de los quijotes, de los locos y de los santos. Sostiene que su viaje tiene un sentido penitencial y que quienes no lo interpretan es porque están absorbidos por el materialismo de este siglo. Todas sus acciones las dedica a un viejo antecesor suyo San Lucas Alonso del Espíritu Santo, mártir en Nagasaki en 1633 por el tormento de la horca y la hoya. Nuestra charla se extendió todo un día. Era la hora del crepúsculo cuando empezaron a tañir las campanas de la catedral de Zamora llamando a misa. Don Antonio dio por terminada la entrevista y partió a misa. Mientras su anciana figura se desdibujaba en la última luz de la tarde me quedó la sensación que estaba viendo alejarse al último santo católico de España.

sábado, 30 de julio de 2011

Ultimo libro del Dr Alonso

 
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ARIDOS EN LOS RIOS DE SALTA

Análisis científico

Áridos en los ríos de Salta

lunes 25 de julio de 2011 Opinión

RICARDO N. ALONSO (Doctor en Ciencias Geológicas (UNSa-Conicet),

El Tribuno



 

La naturaleza geográfica y geológica de Salta da lugar a una enorme abundancia de rodados y partículas arrastradas por los ríos que son de gran valor como materiales de construcción. En las distintas unidades geomorfológicas de los Andes del norte argentino como son la Puna, la Cordillera Oriental, las Sierras Subandinas y la Llanura Chaqueña se despliegan toda clase de ríos que drenan desde las altas montañas occidentales en dirección a las llanuras orientales. Profundos cañones y quebradas, valles, torrentes, ríos y arroyos, arrastran en sus cauces los materiales erosionados de las montañas y los transportan aguas abajo, buscando su destino final en el océano Atlántico. Las fuerzas endógenas o interiores del planeta están empujando hacia arriba el edificio andino, mientras que las fuerzas exógenas o exteriores tratan de destruir los relieves construidos. Esta titánica lucha, que cruza los tiempos geológicos, está hoy activa. Los sismos nos recuerdan que el empuje montañoso continúa; en nuestro caso, producto de la interacción entre la placa oceánica de Nazca y la placa continental Sudamericana. La lluvia, el viento, los hielos y ciertos elementos de la biota trabajan meteorizando los relieves, erosionando y transportando gravitatoriamente las partículas. Las rocas estallan cuando se calientan durante el día y se enfrían durante la noche y este fenómeno es más intenso cuanto mayor sea la amplitud térmica. El agua se congela en los poros de las rocas y estas se rompen por la presión del hielo. La sal y otras sustancias químicas corroen las superficies rocosas; mientras que las raíces de las plantas y las cuevas de animales hacen también su trabajo de destrucción química o biológica. El agua tiene el enorme poder de oxidar los minerales metálicos y alterar a otros, convirtiéndolos en sustancias pulverulentas fáciles de transportar. Un mineral muy común y altamente difundido como la pirita, que es simplemente sulfuro de hierro, se transforma en óxidos e hidróxidos de hierro y libera además ácido sulfúrico, un corrosivo químico altamente efectivo en la descomposición de las rocas. Los feldespatos, minerales comunes en las rocas graníticas y volcánicas, se transforman en arcillas. Desde las altas montañas, las rocas desnudas sometidas a los agentes meteóricos comienzan su trabajo de liberación de bloques que, al quedar sin sustento, ruedan pendiente abajo. Si pudiéramos seguir virtualmente su recorrido veríamos que la "razón de ser" de cada grano es alcanzar su objetivo último en el océano. Todos nuestros ríos convergen en el Paraná y el Paraná en el océano Atlántico, donde este descarga los sedimentos formando un enorme delta. Delta que se construyó en gran parte a partir de la destrucción de las montañas andinas del noroeste argentino. Las montañas de Salta y Jujuy están formadas por rocas de la mayoría de los tiempos geológicos, desde el Precámbrico unos 600 millones de años atrás y que son las más viejas, pasando por rocas de las eras Paleozoica, Mesozoica y Cenozoica. Dentro de ese lapso de tiempo geológico se han formado rocas ígneas, tanto plutónicas (granitos), como volcánicas (andesitas, basaltos, riolitas); rocas metamórficas (pizarras, esquistos, gneises); y rocas sedimentarias (conglomerados, areniscas, arcillitas, calizas, yeso, sal), por citar unos pocos ejemplos. Las rocas volcánicas abundan a lo largo y ancho de la Puna. Las rocas graníticas conforman algunos de los grandes cerros como el Nevado de Cachi, el Acay, el Chañi, el Aguilar y la sierra de Cañani, en Santa Victoria. Las rocas metamórficas colindan la mayoría de las serranías al oeste del Valle Calchaquí. Las rocas sedimentarias están profusamente distribuidas en las sierras y serranías de la Cordillera Oriental y Sierras Subandinas y representadas por las cuarcitas rosadas de la Sierra de Mojotoro, las areniscas rojas de los Valles Calchaquíes, las calizas amarillas de la Formación Yacoraite, profusamente presentes en cada rincón de la geografía del NOA (ej., sierras de Rosario de la Frontera, Metán, Lumbreras, Cabra Corral, Maimará, etc.). Sería imposible enumerar la variedad de formaciones rocosas de origen sedimentario presentes en la región y que cubren ampliamente los periodos Precámbrico, Cámbrico, Ordovícico, Silúrico, Devónico, Carbonífero, Pérmico, Cretácico y Terciario. La máquina de moler rocas que es la naturaleza, esa gigantesca trituradora que desgasta las montañas, va liberando paulatinamente materiales que bajan a los cauces de los ríos desde las laderas en erosión y desde allí son transportados corriente abajo. Los materiales más gruesos van quedando en las cabeceras de las montañas y los más finos son arrastrados mecánicamente o bien disueltos químicamente en las aguas. Basta recorrer las nacientes de los ríos que drenan al Valle de Lerma para descubrir desde grandes bloques, pasando aguas abajo por gravas gruesas, medianas y finas, y aún más abajo arenas gruesas, medianas y finas, hasta el depósito de materiales muy finos como enlame, limos y arcillas. Si las aguas son ligeramente salobres se puede ver una fina costra blanquecina pulverulenta de salitre, tal como ocurre en el río Calchaquí y en forma exagerada en la Puna, donde las aguas son directamente salobres a saladas. La forma y distribución de los rodados y partículas rocosas va a depender del régimen hidráulico de la corriente, del tramo del río en su sector de montaña o de llanura, de la pendiente, de los materiales de aporte y de otros aspectos. Los materiales que se extraen de los ríos o de viejas terrazas o de antiguos cauces para su uso en la construcción reciben el nombre de áridos. Los principales ríos que se explotan para áridos en Salta y que se encuentran bajo fiscalización técnica y ambiental, según la Secretaría de Minería provincial, son: en el departamento La Caldera, los ríos Caldera, Mojotoro y Vaqueros; en el departamento Rosario de Lerma, los ríos Toro y Rosario; en el departamento Anta, los ríos Juramento, Del Valle y Cantera Seca (cantera fuera de cauce); en el departamento Orán, los ríos Blanco, Pescado y Colorado; en el departamento Rosario de la Frontera, los ríos Horcones, Rosario, Las Cañas y Las Conchas; en el departamento Metán, los ríos Metán, Metán Viejo y Cantera Seca (fuera de cauce); el río Arenales (Capital); y el río Tartagal en el departamento homónimo. Una explotación correcta involucra el cumplimiento respecto a la extracción de material en el tercio medio del cauce, la acumulación de descartes en forma continua en ambos márgenes del río y el mantenimiento y limpieza del cauce, según establecen las normativas sobre extracción de áridos actualmente vigentes. Las calidades de los áridos varían grandemente de un río a otro. Las gravas del río Toro son completamente distintas a las gravas del río Vaqueros, aun cuando ambos drenan la misma cadena montañosa al occidente del Valle de Lerma. Más allá de los tecnicismos, lo importante es que los ríos de Salta se encuentran "aluvionando", es decir, sus cauces están subiendo el nivel por la incapacidad de transportar el grueso de los materiales que reciben. Cuantos más materiales se extraigan, mejor. Las inundaciones y la vida útil de puentes y defensas dependen en gran parte de ello.


 


 

viernes, 29 de julio de 2011

Articulo mes julio 2011

PUNTO DE VISTA


 

Los fósiles y el tiempo profundo en la historia de la Tierra

Ricardo Alonso, dr. en Ciencias Geológicas


lunes 18 de julio de 2011 Opinión

Los fósiles son singularidades en el espacio-tiempo. Cada organismo antiguo vivió en un espacio único y en un tiempo único. Cada organismo es, asimismo, una unidad descartable de la biosfera en el marco de un universo darwiniano, estocástico y contingente (véase mi reciente libro: Alonso, R. N., 2011. "Los fósiles y el tiempo profundo. Reflexiones en torno a la filosofía de la paleontología". Mundo Gráfico Editorial, Salta). La vida evolucionó en el planeta Tierra, un planeta insignificante, asociado a una estrella menor, en un rincón perdido de la Vía Láctea; una galaxia más entre millones de ellas. Desde su origen en un posible Big-Bang, o explosión del huevo cósmico primigenio (singularidad de Gamow), pasaron 13.700 millones de años del tiempo cosmológico.


 

Hace 4.566 millones de años, según nos informan las edades de los meteoritos, se formó la Tierra y los planetas vecinos del sistema solar. La Tierra quedó posicionada entre Venus y Marte, una localización que le permitió sortear el intenso calor del sol y el frío de los planetas alejados de la estrella. Gracias a ello, la Tierra se encuentra ubicada en el "punto triple del agua", o sea que no solamente pudo retener el agua de los impactos cometarios para formar los océanos, sino que además en nuestro planeta, a diferencia de los vecinos, coexisten los tres estados del agua: líquido, gaseoso y sólido.


 

Entre 3.900 y 3.500 millones de años aparecieron las primeras formas de vida, basadas en agua y carbono, los elementos esenciales sobre los cuales se desarrolló y evolucionó la vida desde entonces. Sin embargo, sabemos muy poco sobre cómo se originó la vida. Fred Hoyle y Chandra Wickramasinghe propusieron la teoría de la panspermia, esto es, "semillas" congeladas y aletargadas que fueron cayendo a nuestro planeta en cometas hasta que encontraron el momento justo para activar o disparar las "sopas" orgánicas primigenias, dando lugar a células capaces de reproducirse.


 

Otros sostienen que Marte llegó a esa situación antes que la Tierra, albergando océanos donde se desarrolló una vida unicelular. El impacto de asteroides sobre la corteza marciana habría enviado esas semillas de vida a su vecino la Tierra y empezado el proceso, en un símil a las semillas cósmicas de Hoyle. Más allá de esa ayuda exógena, que pudo o no haber ocurrido, lo cierto es que la Tierra generó condiciones adecuadas para la vida una vez que terminó el "gran bombardeo" de asteroides, unos 3.900 millones de años atrás, y ya los protoambientes se habían estabilizado, había cuencas rellenas por agua líquida, una atmósfera químicamente reductora y una geoquímica de gases y fluidos, proclive a disparar reacciones capaces de formar moléculas orgánicas. Stanley Miller logró algo de esto con su famoso experimento bajo la dirección de Harold Urey. Geólogos y químicos han insistido en el papel de las arcillas y del sulfuro de hierro pirita, presentes en los fumaderos negros calientes y submarinos, en las reacciones que pudieron lograr la síntesis de los compuestos y el establecimiento de cadenas orgánicas capaces de organizarse en estructuras replicables hasta convertirse en la piedra basal de la biodiversidad que tapiza el planeta. No importa cuántos experimentos hizo entonces la naturaleza. Uno de ellos dio resultado y desde entonces todo lo extinto y lo viviente, incluidos nosotros, provenimos de esa primera célula original.


 

La vida puede explicarse desde la ciencia, sin caer en recetas mágicas o religiosas, como un sistema químico capaz de autosostenerse y llevar a cabo una evolución darwiniana. Lo cierto es que hace 3.500 millones de años ya se tienen evidencias concretas de vida en los estromatolitos de Pilbara, en Australia. Desde entonces, la Tierra se mantuvo como un mundo bacteriano por casi 3.000 millones de años, y en donde el hecho saliente principal fue el cambio de una atmósfera reductora a una atmósfera oxidante unos 2.500 millones de años atrás, entre el Neoarcaico y Paleoproterozoico, que dio lugar a un increíble depósito de capas de hierro bandeado a escala mundial, al punto que a ese momento de la historia geológica se lo designa Sidereo.


 

A los 1.700 millones de años se produce el fenómeno de la mitosis y a los 1.200 millones de años, el de la meiosis. Un gran momento para la vida, único y todavía mal entendido, fue la aparición de las faunas de Ediacara, unos 600 millones de años atrás. En capas rocosas marinas de aquellos tiempos aparecen unas marcas de cuerpos blandos, de gran tamaño, con formas globosas que vivieron adosadas al sustrato bacteriano basal que actuaba como un "cuero" firme y duro. El famoso paleontólogo alemán Adolf Seilacher, que fue quien más las estudió, sospecha que pudieron ser una especie de células gigantes, recorridas por fluidos plasmodiales, las que recibían una alimentación fotoquímica, intercambiando fluidos con el medio.


 

Seilacher sostiene que para ese momento no existía la relación predador-presa, y esas formas se desarrollaban en un mundo sin competición por nutrientes y energía: o sea una especie de Edén o Paraíso Terrenal. Era, siempre según Seilacher, "vida de otro planeta", en el sentido de algo que es vida ajena a lo que existía antes y a lo que vendría después. El 100% de esas formas ediacarianas se extinguieron al iniciarse el Eón Fanerozoico, 545 millones de años atrás, en una de las más grandes extinciones conocidas. Es por ello que Seilacher decidió crear un nuevo reino para incorporar a esas formas ediacarianas al que llamó Reino Vendobionta.


 


El mundo no iba a permanecer en ese estado edénico por mucho tiempo más. Aparecieron las primeras formas que portaban un exoesqueleto y rápidamente se dotaron de pinzas, púas, tenazas y otras armas que les permitían atacar o defenderse, tal el caso de los trilobites. Usaron las puntas y cuchillas duras para cortar el tapiz bacteriano y liberar la enorme cantidad de alimento que allí se encontraba oculto. Esto desató la Primera Revolución Agronómica. Aparecieron otras formas que se proveyeron de caparazones o conchas, las que sobreviven hasta la actualidad.


 

Desde entonces, la vida evolucionó con sobresaltos desde los primitivos cordados, pasando por los primeros peces, anfibios, reptiles, dinosaurios y mamíferos, hasta llegar al hombre. Un dato importante es que el Arbol de la Vida, tal como lo planteó Darwin, o sea desde la evolución de unos pocos planes anatómicos hasta llegar a los de la actualidad, fue rebatido por Stephen Jay Gould al estudiar las capas de Burguess Shale, en Canadá. Esas faunas, conservadas en un extraordinario "lagersttaten", indican que para el periodo Cámbrico ya existían 25 planes anatómicos desarrollados de los que han sobrevivido solamente cinco en la actualidad. Esto y mucho más es lo que nos informan los fósiles en su relación con el tiempo profundo.


 

jueves, 28 de julio de 2011

articulos del Dr. Ricardo N. Alonso


SAN LUCAS DEL ESPIRITU SANTO


Lucas Alonso Gordo
Sacerdote español, misionero en Mexico, Filipinas, y Japon, nacio en Carracedo de Vidriales, diocesis de Astorga, Zamora, España, el 18 de Octubre de 1594- Sus padres Domingo Alonso y Leonor Gordo.
El 31 de junio de 1610 tomo los habitos en el convento dominicano Santo Domingo de Benavente y el 2 de junio de 1611 hizo su profesion. Estudio en Trianos, Leon, y en el colegio San Gregorio de Valladodid.
El 25 de Abril de 1617, fiesta de San Marcos, parte para Sevilla rumbo a Mexico como misionero y alli se ordenara sacerdote a finales de 1617.
En 1618 llega a Filipinas para trabajar como lector de artes en el colegio Santo Tomas de Manila. En 1623 parte a Japon en donde por 10 años asistio a perseguidos, reconcilio a apostatas, llevando consuelo a todos.

El 8 de septiembre de 1633 fue encarcelado en Osaka y llevado a Nagasaki, y fue puesto en el tormento de la hoya y horca el 18 de octubre, con tan solo 30 años, entregando su cuerpo al señor al dia siguiente y su cuerpo fue reducido a cenizas.
El 18 de Noviembre de 1981 fue beatificado en Manila y canonizado en Roma el 18 de octubre de 1987 por el papa Juan Pablo II. Se venera en la catedral de Astorga, España, en Argentina y Bolivia entre otros paise
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