lunes, 19 de marzo de 2012

¿Qué es la bolivianita?

                                                                 Dr. Ricardo N. Alonso
                                                                 Dr.en Ciencias Geologicaas
                                                                       Unsa Conicet


La bolivianita es el nombre de una gema de Bolivia cuya peculiaridad es ser única en el mundo. Se trata de un tipo particular de cuarzo bicolor, trasparente, en que se combinan el morado de la amatista y el amarillo del citrino. De allí también que se la haya bautizado ametrino. El abrazo interno del violeta y el color miel dan una rara gema que una vez lapidada alcanza una belleza armoniosa. La piedra proviene de una región selvática de la Chiquitanía, cerca de la frontera con Brasil. Fue descubierta por los indígenas que se la hicieron conocer a los conquistadores en el siglo XVII. La bolivianita ha crecido en oquedades de una roca calcárea silicificada, atravesada por diques de cuarzo y de unos mil millones de años de antigüedad. Dentro de las oquedades se desarrollaron cristales de cuarzo límpidos y transparentes que alcanzan grandes tamaños y distintos colores.
¿Qué es el cuarzo?
Ahora bien ¿qué es el cuarzo? Desde el punto de vista químico es, simplemente, el óxido de silicio. Dado que el oxígeno y el silicio son dos de los elementos químicos más comunes en la naturaleza, el cuarzo también lo es. Así lo encontramos formando parte de las arenas, de las areniscas, de las vetas y filones, de las areniscas de cuarzo o cuarcitas, en la composición de los granitos, junto a los feldespatos y las micas, y en una infinidad de tipos de rocas.

Normalmente el cuarzo que encontramos como rodados en la mayoría de los ríos de montaña es el llamado cuarzo lechoso, el cual proviene de vetas o filones que atraviesan rocas más antiguas.

Muchas veces viene acompañado de oro nativo o de minerales como la pirita, la que al oxidarse y desaparecer deja los huecos que dan un aspecto de piedra careada. Ese cuarzo lechoso blanquecino es el que usan los chicos para golpearlos en la oscuridad y observar cómo produce chispas gracias a un curioso efecto físico conocido como piezoelectricidad.

Otras propiedades del cuarzo son su dureza de siete en una escala de diez, su peso específico de 2,65 y que puede ser atacado por el ácido fluorhídrico. A veces el cuarzo se encuentra completamente limpio y transparente, dando lugar al cristal de roca.

Desde la antigüedad

Precisamente Aristóteles en la antigua Grecia sospechaba que ese cuarzo cristalino no era otra cosa que hielo petrificado y le dio el nombre de cristal, que proviene de “krios” que significa hielo.
Con cristal de roca se fabricaron las bolas de los médiums en la creencia de que ellas representan un nivel intermedio entre lo visible y lo invisible.

También se usa en colgantes que puso de moda la “new age” como portadores de energías sanadoras.
Los aborígenes australianos y los indígenas de las planicies de América del Norte los utilizaron como talismanes. Existe además una gran variedad de tipos de cuarzo de acuerdo con sus coloraciones, entre ellas el cuarzo rosado, el cuarzo ahumado, el cuarzo rojo (“Jacinto de Compostela”), el cuarzo “Cabello de Venus”, llamado así por los miles de cristales de rutilo que, como cabellos dorados, atraviesan la masa del cristal dando un hermoso efecto, entre otros. Algunas de estas variedades se han encontrado asociadas con la bolivianita y han recibido nombres específicos, como luego se verá.

De todos modos es la combinación de amatista y el citrino la que se reconoce como auténticas bolivianitas. La amatista tiene una coloración que va desde el violeta claro hasta el púrpura profundo.
En la antigüedad se pensaba que era capaz de prevenir la embriaguez y precisamente “amethystos”, en griego, quiere decir que no embriaga. Las copas de amatista se usaban en ese sentido. También como piedra obispal en los anillos de la jerarquía de la Iglesia católica. Aarón, el sumo sacerdote hebreo, llevaba una gran amatista en su coraza.

En nuestro país son famosas las amatistas de la mina de Wanda en Misiones, donde se presenta tapizando cavidades dentro de los basaltos, a las cuales se llama geodas. Similares ocurrencias son comunes en Brasil y Uruguay.

Algunas particularidades

Cuando se la calienta a alta temperatura puede perder el color violeta y tornarse amarillenta. El citrino o citrina es la variedad de cuarzo color amarillo, fácilmente confundida con el topacio, aunque este último tiene mayor dureza. Varía desde un amarillo oro hasta un pardo dorado. Su parecido con el topacio hace que se lo trate de vender como tal inflando el precio.

Cuando se los calienta, la amatista o al cuarzo ahumado tienden a volverse amarillentos y confundirse con el citrino y dado que este es más escaso se busca aprovechar ello como una ventaja comercial. Además de la amatista y el citrino ya mencionados, o la mezcla de ambos -que da lugar a la bolivianita o ametrino-, se han encontrado otras variedades como la “ayoreita”, que toma el nombre de la tribu de los Ayoreos -que habitaron esa región- y que combina el cristal de roca tipo hielo con el violeta de la amatista, dando un brillo fuerte y matices lilas; la “anahita”, en homenaje a una princesa ayorea con tonos lila pastel; y la “milenium”, una mezcla de cuarzo ahumado y cristalino blanco en rayas de notable precisión geométrica. La mina principal es un socavón que penetra en medio de la selva enmarañada y lleva el nombre de Anahí, por la princesa ayorea que, según la leyenda, se enamoró de un conquistador español que se la quiso llevar con él. Su pueblo, para no perderla, decidió matarla y al abrir su mano encontraron una bella gema bicolor que representaba el corazón de Anahí, dividido en el amor por su pueblo y por su amado esposo.

A pesar de ser conocida desde hace varios siglos, recién en la última década ha tomado impulso la comercialización de estas piedras y hoy representan las gemas bolivianas mejor cotizadas internacionalmente. Los cristales se cortan en Hong Kong con instrumentos de última generación que permiten lograr óptimas condiciones ópticas y luego se engarzan en Tailandia, en joyas de exclusivo diseño italiano. No es raro que entre las usuarias de estas joyas se encuentren la reina Sofía de España, la princesa Michiko de Japón y nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner, a quien se la obsequió el presidente Evo Morales

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