domingo, 4 de septiembre de 2011

Articulo diario El Tribuno sobre el Creston de Metan autoria del dr Alonso

El cerro Crestón de Metán RICARDO N. ALONSO, Dr. en Ciencias Geológicas lunes 05 de septiembre de 2011 Opinión
Hay cadenas de montañas que presentan cumbres que semejan la cresta de un gallo. Estas cumbres peñascosas reciben el nombre de “crestas” o “crestones”. Hay muchas crestas y crestones en la orografía argentina. Sin embargo, uno de los ejemplos más bellos y emblemáticos es el cerro Crestón en la provincia de Salta, una de las estructuras tectónicas, orogénicas, de los Andes Centrales del Sur. El Crestón es el cerro tutelar de los metanenses. Se encuentra ubicado a unos 30 kilómetros al oeste-noroeste de la ciudad de Metán y se eleva a 3.269 m sobre el nivel del mar. Téngase presente que la ciudad de Metán está a 800 metros sobre el nivel del mar, con lo cual el rechazo topográfico entre ambos puntos alcanza a casi los 2.500 metros. Desde el punto de vista geográfico, configura la divisoria entre la sierra de Guanacos al norte y la sierra de Metán al sur, formando ambas parte de un cordón mayor de orientación en el sentido meridiano. Otros picos de esta cadena son el cerro Malvinas (2.882 m), el cerro Morro del Venado (3.207 m), el cerro Alto del Venado (3.029 m) y el cerro Alto de Muñoz (2.509 m). Este bloque de montaña es el de mayor altura hacia el este de los Andes en esa latitud, antes de caer en las serranías bajas y en la llanura chaqueña oriental. Su cumbre es, a su vez, la divisoria de aguas o “divortium aquarum”, entre las aguas que fluyen al este y las que fluyen al oeste, pero todas formando parte de afluentes de la cuenca del río Juramento. Desde el punto de vista orogénico, la sierra de Metán comenzó a elevarse unos 10 millones de años atrás, durante el periodo Mioceno de la era Cenozoica. El “arrugamiento” andino hizo que fallas profundas arrancaran y elevaran a la superficie láminas de rocas viejas pertenecientes al periodo precámbrico. Un “hachazo” geológico o mejor dicho tectónico, divide a la sierra de Guanacos de la sierra de Metán. Precisamente, una falla transversal corta la sierra en sentido noreste-suroeste y pone en contacto rocas de distinta naturaleza. Así el corazón de la sierra de Guanacos está formado por las rocas de la Formación Puncoviscana, unas lajas grises filosas formadas hace más de 500 millones de años en el fondo de un antiguo océano de fines de la época precámbrica. Son de la misma época y composición que las que se encuentran en la Quebrada del Toro, entre Campo Quijano e Ingeniero Mauri. Por su parte, el núcleo de la sierra de Metán está formado por rocas de la llamada Formación Medina, también de la época precámbrica, pero que tienen un origen más “tucumano” en su desarrollo. Se presentan como rocas verdosas, con micropliegues, con un aspecto sedoso a micáceo, y pueden verse abundantes rodados en los ríos que bajan de la sierra como el caso del río Metán y otros. Ambas sierras están limitadas por fallas inversas en su borde oriental. A occidente están cubiertas por potentes sucesiones de rocas rojas y calizas amarillas pertenecientes al periodo Cretácico. Se trata de las rocas del Grupo Salta, y entre ellas están presentes principalmente las capas del Pirgua y las del Yacoraite. El subgrupo Pirgua está formado por paquetes de sedimentitas continentales principalmente conglomerados y areniscas de origen fluvial. Los conglomerados son gravas gruesas, formadas por cantos rodados cementados unos con otros en una matriz arenosa roja. Las lluvias lavan estas rocas y las van dejando como castillos derruidos. Precisamente, la cumbre del cerro Crestón está formada por los conglomerados rojos a marrones de la Formación La Yesera, parte inferior del subgrupo Pirgua, las que presentan esas formas de crestas que dan el nombre a la cúspide serrana. Finalmente, las sierras de Metán y Guanacos están contorneadas por rocas sedimentarias más jóvenes, pertenecientes al Terciario y cuyas edades comprenden al menos los últimos 15 millones de años. Forman parte de lo que en la estratigrafía del norte argentino se conoce como Grupo Orán con los subgrupos Metán y Jujuy. La otra gran cuestión sobre las sierras de Guanacos-Metán es a qué provincia geológica o morfotectónica pertenecen. En el norte argentino, se tienen provincias geológicas extensas, notables y bien definidas como la Puna, la Cordillera Oriental, las Sierras Subandinas y la Llanura chaqueña, a las cuales se agregan el Sistema de Santa Bárbara, las Sierras Pampeanas Septentrionales y las Cumbres Calchaquíes. El conjunto de serranías que nos ocupa están en una posición de transición entre unas y otras. Pueden considerarse como transicionales entre la Cordillera Oriental y las Sierras Subandinas, o bien con el llamado sistema de Santa Bárbara. En realidad, hay elementos estratigráficos y tectónicos, a favor y en contra, para poder definirlas dentro de una sola unidad. En sentido amplio, el bloque montañoso que contiene al cerro Crestón puede considerarse como perteneciente a la Cordillera Oriental. Numerosos arroyos y ríos bajan desde los altos de la serranía de Metán- Guanacos hacia el oriente, entre ellos los arroyos de las Mesadas y el de la Morcilla que conforman el río de las Piedras y que tienen sus nacientes en las faldas del Crestón, así como los ríos de Las Conchas, Metán y Yatasto. Desde el punto de vista fitogeográfico, las laderas bajas de las sierras al occidente de Metán pertenecen al dominio de la selva tucumano-oranense. En cambio, las cumbres están cubiertas por pastizales de altura. La cumbre del cerro Crestón, muestra la roca viva, de naturaleza conglomerádica, y una escasa cubierta de esos pastos de altura. La fauna es muy variada en el ambiente de selva donde abundan las aves, los chanchos del monte e incluso fue noticia en su momento por la caza irresponsable de un posible oso ucumar que terminó siendo un mono caí. También se encuentra la corzuela parda, hurón mayor, ocelote, yaguarundí, coatí, puma, pecarí de collar, el gato montés, pava de monte, loro alisero, urraca, loro de cara roja y tucán grande. En las cumbres se tiene uno de los últimos reductos del ciervo andino, la taruca, y precisamente dos de los picos montañosos de la serranía llevan los nombres de morro y de alto del Venado. Una excelente fuente bibliográfica para ampliar el tema es el libro “La historia de Metán” del profesor Eduardo Poma. La geología, la flora, la fauna, el clima y las aguas convierten a las sierras de Metán en un valioso patrimonio natural y científico que merece ser considerado en el marco de un verdadero turismo sustentable.

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