OPINIÓN
El ex diputado Alonso y su visión del estado actual de la minería en la provincia
El ex legislador salteño y doctor en Ciencias Geológicas, analizó la situación de la industria minera por la que atraviesa la provincia.
La provincia de Salta mantiene intactos cuatro grandes incentivos para el inversor minero como son: Primero una política de estado pro-
minera tal como lo establece además el Artículo 82, “De los Recursos Mineros”, en la Constitución de la Provincia de Salta, que dice: “La Provincia promueve la exploración y explotación de los yacimientos mineros existentes en su territorio, velando por la correcta aplicación y cumplimiento de las leyes.
Procura la industrialización de los minerales en su lugar de origen, favorece la radicación de empresas y atiende el mantenimiento y desarrollo de las comunicaciones y energía, en zonas mineras”. A lo que habría que agregarse, velando además por un desarrollo sustentable (Art. 41, de la Constitución Nacional). Esta política de estado se mantuvo en el tiempo, sin variar, con las distintas administraciones políticas más allá de los enfoques propios de los lineamientos políticos legítimos ejecutados por cada funcionario.
Segundo, una autoridad judicial y no administrativa en la concesión de la propiedad minera.
Esto es un juez de minas judicial que hace cumplir estrictamente la normativa brindando un marco de seguridad y estabilidad jurídica.
Tercero, un desarrollo de infraestructura en la región Puna, el área minera por excelencia, con un gasoducto que abastece de gas a las localidades de San Antonio de los Cobres, Olacapato y Pocitos, e inclusive desde esta última se transporta hasta el salar del Hombre Muerto para las explotaciones de litio de FMC-
Minera del Altiplano.
Cuarto, un potencial minero “intonso”, esto es como un libro que no ha sido abierto o al que menos se conocen solo las primeras páginas, tal como lo expuse y desarrollé en mi conferencia del jueves 5 de septiembre de 2013 en la provincia de San Juan en ocasión de celebrarse el cincuenta aniversario de la Cámara Minera de San Juan.
Malos momentos
Ahora bien, la minería en Salta no está pasando por un buen momento.
Y esto le ocurre también a muchas otras provincias argentinas.
Tanto por los factores externos como por los factores internos.
En Salta hubo muchos avances en exploración con varios miles de metros perforados en algunos depósitos clásicos como son los pórfidos de cobre y oro de Taca Taca, Río Grande y Lindero, habiendo este último pasado ya por todas las etapas relativas a la licencia ambiental y social, factibilidad, estando listo para ser explotado.
Sin embargo aún no ha conseguido el financiamiento total para comenzar el arranque.
Igual resulta alentador saber que cuenta con inversionistas nacionales que apoyarían su puesta en marcha.
Proyectos frenados
Otros proyectos metalíferos están detenidos por cuestiones económicas caso del epitermal con sulfuros y sulfosales de plata del volcán Quevar. O por cuestiones políticas como el proyecto Diablillos en la zona de conflicto limítrofe entre Salta y Catamarca en el salar del Hombre Muerto.
La actividad exploratoria del litio se ha reducido desde una docena de empresas a menos de la mitad.
Se mantiene la actividad extractiva de los boratos dentro de la minería tradicional.
El resto de la minería no metalífera es prácticamente irrelevante.
Factores externos
Decíamos que hay factores externos que tienen que ver con los mercados, las bolsas y la caída del precio de los metales, pero también con la desconfianza que generó la República Argentina en los últimos años.
Es muy difícil poder explicarle a un inversor que hay provincias, departamentos o municipios, incluso con una larga tradición minera y que sin embargo prohiben la minería; que hay trabas a las importaciones; retenciones a las exportaciones; cepo cambiario; desdoblamiento y control del tipo de cambio; encaje del Banco Central e ingreso de divisas pesificadas; insumos con precios en el dólar paralelo; presión impositiva nacional, provincial y hasta municipal con creación de nuevos impuestos (ej. Santa Cruz); falseamiento del índice de precios del Indec; alta inflación y depreciación de la moneda; inseguridad e inestabilidad jurídica; presión del Estado para asociarse en ciertos proyectos mineros.
Y que además los grandes proyectos ya no se ven como un premio de la naturaleza sino como un castigo para una sociedad mentalizada negativamente sobre la minería debido a la propaganda permanente de organizaciones ambientalistas internacionales enemigas del progreso de los pueblos en vías de desarrollo (ej., falacia ambiental sobre la reserva de San Guillermo en San Juan, glaciares).
Precisamente en San Juan donde el gobernador Gioja logró cambiar la matriz económica de su provincia gracias a la minería.
Sin inversores
No han sido tampoco buenas señales para los inversores el problema que se suscitó con el proyecto de potasio Río Colorado de la empresa brasileña Vale do Rio Doce, como tampoco el problema suscitado con el proyecto Lama-Pascua, precisamente por los problemas que se han generado desde el lado de Pascua o sea desde el lado chileno.
Lamentablemente la minería argentina no termina de despegar y la culpa de eso son las políticas erráticas y equivocadas que se han sostenido en la última década.
Para qué despegue la minería hay que liberarla de ataduras, sacarle los palos de la rueda.
Fallas en el sistema
La minería es un complejo mecanismo de relojería donde si falla un engranaje falla todo el sistema.
Para comprender a la minería hay que penetrar profundamente en lo holístico, comprender acabadamente la esencialidad, singularidad y complejidad de una actividad única entre todas las actividades económicas del hombre.
Albur, azar, contingencia, casualidad, causalidad son algunos de los elementos de la matriz que hace de la minería una actividad única y singular.
Esto es lo que propongo en mi reciente libro “Filosofía de la Minería” que fuera editado por la editorial Mining Press de Buenos Aires y que presenté en la Embajada de Canadá el 8 de mayo de 2013, con la concurrencia de numerosas autoridades, empresarios y actores del sector.
La República Argentina en general y Salta en particular tienen en la minería un potencial para un desarrollo económico legítimo que permita una verdadera revolución en el campo de los recursos no renovables tal como la soja lo está logrando entre los recursos renovables.
Y ello depende exclusivamente de la seriedad con que se encaren las políticas mineras hacia el futuro.
Fuente: Ricardo Alonso - El Tribuno